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Ansias de revancha

El Valencia prepara una olla a presión para desquitarse de la goleada del Depor en Riazor

Mestalla prevé esta noche emociones fuertes. Herido en su orgullo, el Valencia ha convertido la minusvalorada Supercopa en un asunto de estado. No la da ni mucho menos por perdida y, en todo caso, pretende recuperar su dignidad pisoteada por el 3-0 que le endosó el Deportivo en el partido de ida, el domingo pasado en Riazor. El cuadro gallego, por su parte, confía en su calidad para aguantar la previsible embestida en un terreno de juego que no estará en muy buenas condiciones tras las últimas lluvias caídas en Valencia. 'No debemos asustarnos', dice su entrenador, Javier Irureta. Sabe que Mestalla será una olla a presión (TVE, 22.00). Y no sólo por el enorme reto que le espera al Valencia, sino también porque el partido se ha calentado mucho. El conjunto valenciano se sintió maltratado por la afición gallega en el encuentro de ida y no ha parado de recordárselo a su hinchada durante toda la semana. Sobre todo por la agresión que sufrió Cañizares en Riazor (le impactó en la mandíbula un objeto lanzado desde la grada) y las posteriores manifestaciones del entorno coruñés, en las que se acusaba al meta internacional de provocador y mal actor de teatro.

El cuadro gallego es superior técnicamente; el de Benítez apela al aspecto anímico
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En el fuego cruzado de declaraciones participaron casi todos. El presidente valencianista, Jaime Ortí, dijo que era incapaz de comprender el odio visceral de Riazor hacia su equipo desde aquel penalti que le paró González a Djukic y que privó al Depor de la Liga 1993-94. Un representante de las peñas deportivistas indicó que Cañizares es un maestro en el arte de la provocación. El delegado de campo del Valencia, Manuel Macià, explicó, en todas las televisiones y emisoras de radio, su versión de los hechos: cómo una pila de transistor había golpeado en Cañizares. Por supuesto también habló el principal afectado, Cañizares, que se sintió ultrajado. '¡Encima que soy el agredido me llaman provocador!', exclamó. Los técnicos se unieron a la discusión: el del Valencia, Rafa Benítez, acusó al Comité de Competición de 'corresponsable' de la violencia en los estadios si no la cortaba de raíz. E incluso el mesurado Irureta comentó: 'El Valencia fue el que hizo treinta y tantas faltas y nosotros 17'. Para rematar, sus jugadores Duscher y Scaloni interpretaron que lo que pretendía el cuadro valenciano era calentar el partido.

Tampoco le hubiera hecho mucha falta a Baraja, que estaba ya muy caliente por la paliza que había recibido su equipo en el terreno de juego. '¡Quiero que el partido empiece, pero ya mismo!', dijo el pasado miércoles el centrocampista vallisoletano, deseoso de encontrar la revancha cuanto antes. Baraja disputó sólo la segunda parte en la ida de Riazor y dejó muy claro que se trata de un futbolista esencial en el esquema de Benítez. Y no sólo por su aportación futbolística, sino también por su contribución anímica. Precisamente por ahí, por el aspecto anímico, es por donde el Valencia ve un resquicio para remontar la final. Desde el cuadro de Benítez, se reconoce la superioridad técnica del conjunto gallego, pero también se le perciben cierta debilidad mental, sobre todo fuera de Riazor.

Tan básico es Baraja en el cuadro valenciano como Mauro Silva en el gallego. El centrocampista brasileño faltó por sanción a la cita liguera de Mestalla al final del pasado ejercicio y su ausencia fue vital para que el Valencia ganara posteriormente la Liga, como reconocería después el lateral valencianista Carboni. En el partido de ida de la Supercopa, Mauro Silva persiguió a Aimar allá donde iba el argentino y ésa resultó una de las claves del encuentro. También la libertad con la que, por el contrario, se movió el genio deportivista, Valerón, a pesar de los dos mediocentros defensivos que había colocado Benítez: Marchena y De los Santos. Por eso Benítez, además del contar con el ya recuperado Baraja, ha pretendido sin éxito acelerar la vuelta de otro de sus hombres clave, Albelda, afectado del pubis desde el Mundial de Corea y Japón.

Siempre precavidos, Irureta y su prolongación en el campo, Mauro Silva, advirtieron que la eliminatoria sigue muy igualada. 'Será un partido muy tenso. Nos apretarán mucho en los primeros minutos', dijo el técnico vasco.

Por su parte, Benítez jugó el viernes al juego de las esperanzas. 'Pienso en marcar cuatro goles', manifestó al tiempo que se incrementaba a buen ritmo la venta de entradas para el encuentro. Y para la remontada, el entrenador madrileño recurrirá a Salva, ansioso por volver a ser el que fue (pichichi de Primera con el Racing y de Segunda con el Atlético) tras su discreta pasada campaña en Mestalla. 'Este año va a ser todo diferente', asegura Salva.

Valencia: Cañizares; Curro, Ayala, Pellegrino, Carboni; Rufete, Baraja, De los Santos, Vicente; Aimar y Salva.

Deportivo: Molina; Scaloni,César, Naybet, Romero; Sergio, Mauro Silva; Víctor, Valerón, Fran y Makaay.

Makaay regatea a Cañizares en la acción previa al tercer gol del Deportivo en el  partido de ida.
Makaay regatea a Cañizares en la acción previa al tercer gol del Deportivo en el partido de ida.LALO R. VILLAR

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