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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

ARQUITECTURAS EN DVD PARA EL BOSCO

El pabellón de España de la próxima bienal de arquitectura de Venecia presentará los 'paisajes internos' de 16 equipos de jóvenes profesionales. Son propuestas virtuales para 'El jardín de las delicias'.

El cuadro El jardín de las delicias, de El Bosco (Museo del Prado), reparte sus figuras en la fachada y el pavimento del pabellón de España en la 8ª Mostra Internacional de Arquitectura (www.labiennale.org), que se inaugura en Venecia el 6 de septiembre. Un total de 16 equipos de arquitectos, entre 30 y 40 años, han sido seleccionados para mostrar sus paisajes internos. En lugar de maquetas, planos y memorias, las propuestas están metidas en un DVD, cuyas imágenes se proyectan en unas pantallas planas de plasma, situadas entre el suelo-mapa de El Bosco y un techo fuertemente iluminado, sin sombras.

Dos estudios de arquitectos, María José Aranguren y José González Gallegos y Darío Gazapo y Concha Lapayese, son los comisarios del pabellón de España, producido por los ministerios de Fomento y Asuntos Exteriores, con el patrocinio de la Fundación ICO en el catálogo, formado por textos y 16 DVD. La bienal, por iniciativa de su comisario, Deyan Sudyic, director de Domus, propone para esta edición lo Next, lo próximo, lo siguiente, el futuro del siglo XXI. La bienal ha invitado a 62 arquitectos para que en el Arsenal expongan sus próximos proyectos o sus obras en construcción. Asomarse a esta muestra, del 7 de septiembre al 3 de noviembre, es identificar a las figuras de la arquitectura actual, como Foster, Gehry, Siza, Isozaki, OMA, Holl, Eisenman, Nouvel, Herzog y De Meuron, Mecanoo, Ando, Chipperfield, Diller y Scofidio, Hollein, Hadid, Libeskind, Morphosis, Coop Himmelb(l)au y Zumthor. Junto a ellos, los españoles EMBT (Benedetta Tagliabue), AMP (Artengo, Menis, Pastrana) y Alberto Campo Baeza.

Itinerarios

Los comisarios han traducido lo próximo como lo más personal y han propuesto a los 16 equipos que expongan sus paisajes internos, que hablen de la próxima casa, el próximo lugar, la próxima obra, la próxima generación. Parten de un cuadro 'muy arquitectónico', El jardín de las delicias, y analizan todas sus formas, figuras y paisajes para ampliar con el pensamiento actual la provocación de El Bosco.

Para ello establecen cinco itinerarios para cruzar por toda la modernidad del cuadro, con ayuda de Deleuze, Oteiza, Robert Smithson, Duchamp y Buñuel, para desvelar la geometría, la desocupación, la entropía, la mirada y los habitantes de lo interno. 'Es fácil establecer analogías entre El jardín de las delicias y la percepción de la situación actual, pero lo verdaderamente interesante es observar la estrategia que utiliza El Bosco para hacernos percibir el instante preciso donde toda la obra alcanza sentido. Vivimos un momento límite y hay que abrir un periodo de reflexión que permita reformular el espacio habitable con nuevos parámetros que exigirán un importante grado de compromiso y eficacia', señalan los comisarios.

Los 16 equipos -como los 16 corderos que pueden salvar a los habitantes de El ángel exterminador, según los comisarios- van a enseñar 16 mundos interiores, a través de las imágenes de los DVD. Los estudios son multidisciplinares, con la colaboración de artistas (Barceló, Gopar), diseñadores (Agatha Ruiz de la Prada, Roselló), cocineros (Ferran Adrià) y escritores (Luis Francisco Pérez). Los seleccionados ya han entregado sus propuestas en formato digital y entre ellas las tendencias se dividen entre las más formales y otras conceptuales, sin olvidar las herméticas. Los lemas señalan colores globales, paisajes solapados, instrucciones de montaje, inconsciente óptico, hotel de actividades, más allá de deseo. Los equipos han sido elegidos, según los comisarios, por su talante investigador (concursos, premios) y su dedicación a la docencia, aspectos que aparecen en los currículos de Soriano, Palacios, Arroyo, Artigues y Sanabria, Capilla y Vallejo, Bezos, Madridejos, Ábalos y Herreros, AMP, Zaera, Nicolau, Montes, Matos y Martínez, entre la amplia lista de los arquitectos que ocuparán el cielo y el infierno de El Bosco en el espacio del pabellón español.

Si la bienal propone lo próximo en el tiempo, los españoles añadirán los paisajes internos, 'un espacio de reflexión a nivel experimental, una estrategia del pensamiento, lo más emotivo y cercano'. La mayoría de los equipos aportan sus trabajos mediante imágenes filmadas o con fotografías. Alejandro Zaera utiliza un programa construido con algoritmos genéticos, que desarrolla formas (prearquitectónicas) a través de una conexión directa a un portal de información bursátil internacional. Otros proyectos tienen elementos de juego, que se desarrollan en jardines o en mobiliario urbano, o alteran las formas de un edificio biotecnológico. 'En la arquitectura de hoy se han agotado muchas cosas y existen otros medios de expresión. Hay que sacar a la arquitectura de su forma convencional de trabajo, y por eso se tienen que expresar en un formato digital', dicen los comisarios Darío Gazapo y Concha Lapayese.

La cosecha del año de Alejandro Zaera

Alejandro Zaera (Madrid, 1963), con estudio en Londres, tiene su propio itinerario en la bienal. Aspectos de su obra, sobre todo la terminal del puerto de Yokohama, puerta del último Mundial de Fútbol, se encontrarán en los pabellones de España, Reino Unido, Estados Unidos y Corea del Sur. 'Nos interesa la posibilidad de cultivar, de crecer la arquitectura como si fuera un vino, una raza de caballos o de toros. Lo que es interesante de operar internacionalmente es que nos permite hacer experimentos parecidos a producir cabernet sauvignon en Napa Valley o producir consechas genéticamente modificadas', declara. 'Como investigador de la arquitectura, creo que éste es un campo infinito que se abre ante nosotros precisamente ahora, debido al proceso de globalización. En este sentido, es mucho más interesante experimentar con estas posibles mutaciones entre lo japonés, lo holandés, lo americano y lo español que seguir promoviendo la arquitectura de cada uno de los países como si fuera un invariante. Lo que hemos de aprender ahora los arquitectos es lo que los buenos enólogos saben, que es el tipo de uva y de barril que puede mejorar el potencial que una determinada finca tiene, una vez comparado con otras fincas y otras uvas'.

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