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Los vecinos del barrio de Cerdanyola piden 'responsabilidades' por el brote de legionelosis

Unas 400 personas se reunieron ayer con el alcalde y los responsables de Sanidad

Lluís Pellicer

Lo habían pedido con insistencia y ayer lo consiguieron. Unos 400 vecinos del barrio de Cerdanyola de Mataró se reunieron anoche con el alcalde de la población, Manuel Mas, y el director general de Salud Pública, Lluís Salleras, para conocer de primera mano por qué el brote de legionelosis detectado el pasado 9 de agosto sigue sin control. Con preocupación y un punto de indignación, los vecinos abarrotaron la Escuela Universitaria Politécnica para pedir 'responsabilidades' tanto a las administraciones como a los propietarios de la torres de refrigeración contaminadas.

La expectación y las ganas de estar informados eran tales, que el espacio habilitado inicialmente no fue suficiente para albergar a todos los vecinos del barrio de Cerdanyola que acudieron a la cita. Los ánimos estaban bastante crispados, pero la situación no se descontroló en ningún momento. Ya desde su llegada a la sala, algunos vecinos lucieron mascarillas higiénicas como señal de protesta por la inseguridad que sienten al vivir en un barrio donde los últimos días han tenido que ser hospitalizadas 80 personas por el simple hecho de respirar algo que no debían.

El alcalde, el director general de salud pública y un médico epidemiólogo trataron en todo momento de utilizar un lenguaje comprensible, quizá demasiado para unos vecinos que los últimos 15 días han recibido un verdadero alud de información sobre la bacteria legionella, las causas de su propagación y, sobre todo, sus consecuencias. Por ello, muchos mantuvieron una actitud escéptica durante toda la explicación. '¿De qué nos quieren convencer?', decían algunos de ellos.

Desconfianza de los vecinos

Muchos dudan de que las cinco torres detectadas hasta ahora sean las causantes del brote. Esperan que aparezca la definitiva, la responsable de la pesadilla que están viviendo este verano. Otros, en cambio, creen que el origen de todo está en la torre de refrigeración del Centro de Atención Primaria del barrio y que Sanidad insiste en exculpar al haberse demostrado que no tenía Legionella neomophila, sino de otro serogrupo.

A la reunión no faltaron algunos de los afectados por el brote infeccioso. Uno de ellos, Agustín Lopez, pidió, no sin esfuerzo para hablar, que se depuren responsabilidaedes. 'Alguien tiene que pagar por todo esto, sea quien sea el causante'. Otros criticaron la actitud de las administraciones en el desarrollo de la crisis. 'Vienen a informarnos como si nos estuvieran haciendo un favor cuando es su obligación', se quejaba otra vecina. También piden que las autoridades informen con más detalles sobre las medidas preventivas.

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Mientras se desarrollaba la reunión, como ya ha ocurrido a lo largo de la última semana, los responsables del hospital de Mataró hacían lo imposible para dar cabida a los casos que van llegando al centro sanitario. Ayer por la tarde los ingresados eran 34, una cifra que ha obligado a activar un plan especial de emergencia. Éste incluye el traslado de algunos enfermos con otras patologías al hospital de Can Ruti, de Badalona, en previsión de que haya que hospitalizar a nuevos afectados por legionelosis.

Desde el Ayuntamiento de Mataró, la Junta de Portavoces, en la que están representados todos los partidos políticos, coincidió en señalar al brote de legionelosis como 'el episodio más grave para la salud de los ciudadanos' ocurrido en Mataró durante los últimos años. Los representantes políticos también insisteron en lanzar mensajes tranquilizadores a la población. Pese a no poder garantizar cuándo finalizará el goteo de nuevos casos, el consistorio insistió que continuará trabajando con Sanidad para detectar y eliminar posibles focos y en determinar quiénes son los responsables de la torre de refrigeración que haya causado el brote.

Algunos de los vecinos del barrio de Cerdanyola se reunieron ayer con el alcalde y responsables de Sanidad cubiertos con una mascarilla.
Algunos de los vecinos del barrio de Cerdanyola se reunieron ayer con el alcalde y responsables de Sanidad cubiertos con una mascarilla.CARLES RIBAS

'Soy la cabeza de turco'

La administradora de Hielos del Maresme, Inés Roca, ha vivido los últimos días siendo el centro de todas las miradas en el barrio de Cerdanyola de Mataró. Aunque la torre de refrigeración de su empresa fue clausurada el pasado viernes, no fue hasta ayer cuando Sanidad la apuntó directamente como probable responsable del brote infeccioso. Roca declaró ayer a EL PAÍS que se considera 'la cabeza de turco de todo esto' por parte de la Generalitat, ya que 'todavía no hay ningún análisis científico que confirme que nuestra torre de refrigeración es la culpable del brote de legionelosis'. Según Roca, la torre de refrigeración entró en servicio el pasado 25 de julio, cuando la empresa comenzó a funcionar, pero admitió no haberla censada en el Ayuntamiento como es preceptivo. Tampoco ha realizado el mantenimiento de la forma que dictamina el decreto de la Generalitat sobre torres de refrigeración, sino que se limitó a lavarla cada semana 'pero vaciándola y desinfectándola con lejía', aclaró. La empresaria, visiblemente afectada, no dejaba de repetir ayer que la torre era 'muy pequeña'. 'Nunca habría pensado que pudiera contaminar tanto'. También dijo haber intentado ponerse en contacto, sin éxito, con los responsables del departamento de Sanidad. El consejero de Sanidad, Eduard Rius, calificó de método de limpieza de la torre de refrigeración de 'casero y rudimentario' y lamentó que la utilización de lejía en su limpieza puede haber borrado parte de las huellas necesarias para dictaminar la causa precisa del brote. El alcalde de Mataró también confirmó ayer que la empresa todavía no tenía licencia de actividad.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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