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Entrevista:EDUARDO ZAPLANA | Ministro de Trabajo

"Aznar elegirá al sucesor con mejor criterio que ninguno de nosotros"

Mantiene que su único objetivo es trasladar al Ministerio de Trabajo 'los mismos niveles de eficacia' que dice haber demostrado como presidente valenciano. Eduardo Zaplana, de 46 años, afirma que 'seguro' que él no es candidato a suceder a Aznar. Y no ve 'ningún escenario' que 'haga pensar' que el PP dejará de respaldar al Gobierno catalán esta legislatura.

Pregunta. ¿Qué habría hecho usted para que los sindicatos no convocaran huelga general el 20-J?

Respuesta. Pues me imagino que no hubiera podido hacer nada más de lo que hizo mi antecesor, que lo intentó todo.

P. ¿Y qué hará para que esa huelga general sea la última?

R. Eso no depende sólo de mí. Yo voy a poner todo lo que esté a mi alcance. He empezado ofreciendo diálogo y ofreciendo negociación en todos los temas que pueden estar abiertos.

'Se demostrará que no se pierde ninguna prestación ni derecho con la reforma laboral'
'La abstención [contra Batasuna] es no querer comprometerse con algo que nos obliga a todos'
'Los nombres que se barajan para la sucesión son excepcionalmente buenos'
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P. Después de ver, como ministro, las reivindicaciones de los sindicatos sobre la reforma laboral, ¿en qué cree que tenían razón?

R. El Gobierno tenía razón y los resultados están dando y le darán la razón desde el punto de vista objetivo, de los datos.

P. ¿Qué datos?

R. Se podrá demostrar que no se pierde ninguna prestación ni ningún derecho, y genera empleo.

P. Aun sin darles la razón, ¿en qué está dispuesto a ceder el Gobierno en la tramitación parlamentaria de ese proyecto de ley?

R. Estamos abiertos a incorporar todas las enmiendas que mejoren el texto. Pero no estamos dispuestos a cambiar el sentido que inspiró una reforma necesaria.

P. ¿En qué áreas serían posibles esas mejoras, de las cinco que modifica el decreto-ley?

R. Sería absurdo que yo enmendara nuestra reforma. Son los grupos parlamentarios los que tienen que aportar mejoras que nosotros siempre estudiaremos con todo el cariño. A mí me gustaría que los grupos, y en concreto el PSOE, plantearan cuál es su posición, cuáles son sus iniciativas. Últimamente el Grupo Socialista sólo sabe decir que no le gusta nada, sin ofrecer alternativa. Ha anunciado que va a pedir la devolución de la ley al Gobierno. Ésa es la forma más cómoda de no atreverse a decir si piensa una cosa o la contraria. Quizá porque no piensa ninguna.

P. Parece que CiU preferiría que la tramitación de la reforma del desempleo se hiciera a la vez que la de la Ley Básica de Empleo.

R. A mí eso no me lo han hecho saber. De ese proyecto he hablado con los sindicatos y les he dicho que estoy abierto a negociar con ellos la Ley de Empleo.

P. ¿Y la reforma del desempleo con los sindicatos?

R. No. Ese proyecto de ley está en el Parlamento y los tiempos son completamente distintos.

P. ¿Qué les ofrece negociar de la Ley de Empleo?

R. Si abrimos una negociación sincera y franca, estaremos abiertos a recoger todas las iniciativas.

P. En su etapa como presidente de la Generalitat valenciana permitió que esa autonomía fuera en la que más crecía el endeudamiento. ¿Va a intentar convencer al ministro de Hacienda de que el endeudamiento no es tan malo?

R. El endeudamiento creció en la Comunidad Valenciana en los primeros tiempos y está teniendo un comportamiento inverso en los últimos años. Y el cumplimiento del déficit es escrupuloso y nadie podrá decir lo contrario.

P. Hablando de la Comunidad Valenciana, ¿teme que nombres como Salvador Palop, Luis Fernando Cartagena o Ángel Fenoll lastren su carrera política?

R. Ésos son los mismos nombres que llevo oyendo desde hace muchos años. Muy bien he debido de hacer las cosas para que la oposición sólo siga utilizándolos, sin fundamento, desde hace 12 años.

P. Sobre hacer las cosas bien, ¿qué hizo mal Juan Carlos Aparicio para que Aznar le cesara?

R. Creo que el señor Aparicio tenía una aspiración política después de haber servido en el Gobierno, en este ministerio, desde distintos puestos durante muchos años, que era encabezar la candidatura del PP a la alcaldía de Burgos en las municipales. Ese objetivo y esa ambición política las va a poder cumplir. Ahí yo encuentro toda la explicación.

P. ¿Por qué es mejor ser ministro que presidente valenciano?

R. Ni mejor ni peor. Los dos puestos son importantísimos y fundamentales, y yo voy a intentar servir al Ministerio de Trabajo con los mismos niveles de eficacia que he servido a la Comunidad Valenciana. A tenor de los resultados, no parece que allí los ciudadanos estén insatisfechos de mi gestión.

P. ¿Tan satisfechos que les va a dar igual quién sea su sucesor?

R. No, yo creo que es que están convencidos de que hay un proyecto político que trasciende a las personas. Se podrán contar las cosas de la forma que se quiera, pero hay una cosa innegable: cómo cogimos la Comunidad Valenciana en 1995 y cómo está ahora. Me da igual que hable de crecimiento económico, de empleo, de paro, de infraestructuras o políticas sociales. Escojan el dato que quieran y lo comparamos.

P. Dice que su proyecto político es independiente de las personas, ¿es eso trasladable a España?

R. El presidente Aznar ha dado un ejemplo del que no sólo se beneficia la clase política, sino que contribuye a la regeneración del sistema. Con una gran fortaleza, Aznar acaba de demostrar que los compromisos se cumplen en política, que las cosas no se dicen por decir. Yo estoy absolutamente convencido de que, con el paso del tiempo, la ya muy positiva valoración que la sociedad española hace de esa decisión de Aznar trascenderá el momento actual, y la seguiremos valorando en el futuro como un referente para la clase política.

P. De cara a ese futuro, ¿qué puede ser mejor que ministro?

R. Yo estoy muy orgulloso, en cada coyuntura, en cada situación, del puesto de responsabilidad que he ocupado en cada momento. Y, a tenor de los resultados, no lo he debido de hacer mal. Creo que quien ha sido en pocos años alcalde de Benidorm, presidente de la Comunidad Valenciana y ministro de Trabajo no debe tener muchos motivos para la queja.

P. Para usted, después de Aznar, ¿quién podría ser un buen presidente del Gobierno?

R. Imagino que me preguntará por quién en el Partido Popular, porque de lo que estoy seguro es que fuera no hay alternativa.

P. Quería dos o tres nombres.

R. ¿Nombres? Pues los que todo el mundo está barajando son excepcionalmente buenos.

P. ¿Incluido usted?

R. No. Yo seguro que no.

P. ¿Por qué?

R. Porque hay candidatos excepcionalmente buenos en el PP y cualquiera de ellos tiene condiciones para presidir el Gobierno.

P. ¿Cuántos dice que hay?

R. No quiero reducir el número, pero el diseño del último congreso es muy razonable.

P. Ahí pareció que había tres.

R. Tres. Aunque, a lo mejor, se debería ampliar un poco. A cuatro o a cinco, entre los que lógicamente no me incluyo.

P. Sobre esa decisión, ¿espera poder darle su opinión a Aznar, y que esa opinión cuente?

R. Aznar ha demostrado ser una persona responsable a más no poder, que conoce perfectísimamente este partido y lo quiere entrañablemente, que conoce a todos sus cuadros, que quiere lo mejor para España. Con mejor criterio y objetividad que ninguno de nosotros, con independencia de que nos consulte y que demos nuestra opinión, adoptará una decisión tremendamente acertada.

P. ¿Cuándo?

R. Pues eso sería, lógicamente, después de las elecciones municipales y autonómicas. Después del próximo verano.

P. ¿Es posible que el PSOE tenga más votos que el PP en las próximas municipales?

R. Yo creo que no. Pero a ese dato yo no le doy tanta importancia. Creo que lo que hay que ver es si el PP y el PSOE, después de las municipales y autonómicas, gobiernan en más sitios o en menos sitios.

P. ¿Qué hará finalmente CiU en el pleno del día 26 que pedirá la ilegalización de Batasuna?

R. Yo querría que CiU votara a favor y lamentaría profundamente que mantenga esa abstención que parece que anuncia.

P. ¿Que vote o no a favor va a afectar a las negociaciones sobre, por ejemplo, la reforma laboral?

R. Estoy seguro de que no. Son cosas completamente distintas. Pero yo confío, espero y deseo que CiU atienda a su propia historia como un partido nacionalista comprometido con un elevado sentido de Estado y vote a favor.

P. ¿Afectará a la gobernabilidad en Cataluña?

R. Nosotros hemos demostrado clarísimamente un alto nivel de responsabilidad dando apoyo al Gobierno catalán, y no hay ningún escenario que nos haga pensar que eso va a dejar de ser así en esta legislatura. El problema de abstenerse será para CiU, porque ni la sociedad catalana ni su electorado lo entendarán.

P. ¿Dificultará las relaciones entre los dos partidos?

R. Yo quiero pensar que recapacitarán. Por tanto, lógicamente, lo que hará será mejorar un clima que ya es bueno.

P. ¿Qué significa, para usted, votar no en ese pleno?

R. Viví muy de cerca el atentado de Santa Pola donde perdieron la vida dos personas, una de ellas una niña de seis años, hija única, por cierto. Bajo ningún concepto entendería un voto que no fuera en contra los asesinos de ETA y sus cómplices de Batasuna, y que no fuera a favor de aplicar una ley votada por abrumadora mayoría en el Parlamento.

P. ¿Es la abstención equidistancia?

R. La abstención es no querer comprometerse con una situación que nos obliga a todos.

Eduardo Zaplana, ministro de Trabajo, en un momento de la entrevista.
Eduardo Zaplana, ministro de Trabajo, en un momento de la entrevista.R. GUTIÉRREZ

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