Municipales
Pronto habrá municipales. Se nota en los actuales regidores y en los que aspiran a serlo. Más para los ciudadanos que reclaman otra ciudad posible, ¿qué ofertan los candidatos de la sedicente izquierda? ¿Qué modelo de ciudad proponen que esté diferenciado del que implementa la derecha?
Se podrá preconizar una mayor atención a zonas deficitarias de servicios públicos, un matiz acá o allá en la gestión de recursos, pero ¿dónde está el modelo? ¿Cómo se puede hacer votar a los exigentes votantes o abstencionistas de la izquierda? ¿Dónde está el programa ilusionante y genuino de transformación progresista de su ciudad, de su espacio público? ¿Qué modelo de transporte primar? ¿Qué servicios sociales (guarderías, ayuda a domicilio, residencias geriátricas, bibliotecas, polideportivos, viviendas para jóvenes, etcétera) diferentes se proponen? ¿Cómo se gestiona y quién participa en la elaboración y ejecución del presupuesto? ¿Dónde está el presupuesto participativo que aporta dosis a chorros de democracia y de formación de seres libres? ¿Qué se hace con los centros de las ciudades en cuanto a la especulación del suelo o al fomento de su ocupación previa a la rehabilitación a que hubiere lugar?
Me temo lo peor. Llegarán las elecciones y más de lo mismo. Se arrojarán los programas homologados los unos a los otros y las necesidades de los ciudadanos se continuarán decidiendo en petit comité, en cerrados despachos de expertos que están de espaldas a la realidad social.
Hace muy poco veía en la tele un ejemplo paradigmático de lo aquí expresado: en un barrio madrileño, los vecinos de una plaza debían soportar el reacondicionamiento del espacio urbano en una línea no deseada por ellos. Ellos preferían que arreglaran el problema de las raíces de los árboles que invadían sus viviendas, destrozando sus contadores de la luz y sus conducciones de agua. Pues bien, ¿qué razones hay para ejecutar un proyecto en contra de los intereses ciudadanos y no preguntar a la ciudadanía sus
preferencias? El modelo, hace falta un modelo.
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