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Reportaje:

Gràcia se viste de gala

Elisenda Roca da el pistoletazo de salida a las fiestas del barrio barcelonés

Plural en su contenido, divertida y agotadora para los visitantes, un poco esclava para los vecinos que engalanan las calles -dicen que sarna con gusto no pica-, la fiesta mayor de Gràcia arrancó ayer con un pregón evocador y leído en forma de cuento por la periodista Elisenda Roca. Un año más, las calles de la antigua Vila acogerán, desde hoy y hasta el 21 de agosto, un programa compuesto por 600 actos, que se celebrarán en las 22 calles engalanadas y en los espacios habilitados para la fiesta, desde los Lluïsos de Gràcia hasta el Oratorio de Sant Felip Neri.

Los vecinos de las comisiones de fiestas han tenido que trabajar más a contrarreloj que nunca a causa de las fuertes lluvias que cayeron sobre Barcelona la semana pasada. Ha sido un pequeño retraso que no ha impedido que todo esté hoy a punto. El recorrido por las calles -este año se han dado de baja las de Fraternitat, Montmany y Torrijos y se han sumado Berga y Tordera- certifica que la mayoría de participantes permanecen fieles a su estilo.

En Verdi del Mig lucen insectos y setas dignos del jardín del conde de Champiñac

Aunque en la calle de Verdi, en el tramo entre Providència y Martí -ganador en las tres últimas ediciones del tradicional concurso de calles engalanadas-, se han mostrado este año un poco más modestos de lo que es habitual en ellos. En vez de los decorados espectaculares con grandes figuras que representaban escenas -la del año pasado recordaba a los presos fugados de la película O brother-, este año han plantado un huerto de limoneros. Esto sí, los limones, muy grandes, se iluminan de noche. 'Hemos probado un cambio y hemos hecho un decorado más minimalista', explicaba ayer al mediodía Josep Maria Contel, presidente de la junta de vecinos de Verdi de Dalt, mientras reponía fuerzas para acometer el montaje final, siempre la última noche antes del inicio del festejo. Los troncos de los árboles están hechos con plástico procedente de 40.000 botellas de agua.

Sus vecinos, los de la calle Verdi en el tramo que va de Robí a Providència, quedaron segundos en 2001 y este año prueban suerte con un decorado que recibe el nombre genérico de Projecte Natura. Su montaje reproduce un bosque con unos árboles, insectos, flores, mariposas y setas dignas, por su tamaño, del jardín del conde de Champiñac. Al final, sin embargo, esta exuberante reproducción de la naturaleza en estado salvaje se ve destruida por un incendio: 'Queremos mostrar las consecuencias de los incendios, de lo que puede hacer una colilla lanzada en el suelo', explicó Jordi Cortés. Este vecino de 47 años, nueve participando en el montaje de decorados, describe la fiesta mayor como 'un sentimiento'. 'A veces te ciegas y pierdes horas de estar con la familia y de trabajo, pero estar aquí me trae recuerdos de la infancia, de cuando se podía jugar en la calle. Esto es lo que queremos mantener'.

A pesar de ello, son muchos los que se quejan de que cada vez son menos los que participan de verdad y a lo largo del año. Contel dice que son las mujeres las que mantienen viva la tradición del engalanado: 'Son mayoría, y si no fuera por ellas todo esto habría muerto como los Cors d'en Clavé'. Maite Torres, de la calle de Puigmartí, lo corrobora. Torres explica que prevé las vacaciones pensando siempre en la fiesta mayor: 'A veces pienso que si no me dedicara a ello se acabaría el engalanado en mi calle'.

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Más arriba, en la calle de Joan Blanques (entre las de Encarnació y Congost), el 'cel setè que has engendrat dins del teu cap', que cantaba Jaume Sisa en 1975, se ha materializado en este 2002. 'Es el cielo que nos gustaría ver todos los días cuando salimos a la calle', explica Ricard Estruc, vicepresidente de la comisión de fiestas de esta calle. En los últimos años se han situado siempre en los primeros puestos del concurso.

En el tramo inferior de la misma calle de Joan Blanques siguen musicales y han engalanado su tramo como si de un piano gigante se tratara. En Torrent d'en Vidalet, el grupo que decoraba hasta ahora la calle de Torrijos ha instalado un decorado de recuerdos infantiles. Y, siguiendo en esta parte central del barrio, se llega a Vallfogona, donde se han acordado del Año Gaudí. En el escaparate de una librería muy cercana, la Taifa, cuelga una camiseta de estampado muy oportuno ahora que a medio recorrido de la celebración gaudiniana se empieza a hablar del Año Dalí. Reza: 'Gaudí, Dalí, Catalunya Canyí'.

Entornos marinos (Ciudad Real), escenarios de miedo (Llibertat), golosinas gigantes (Sant Agustí), discotecas (Progrés), mecanos (Providència) y jardines y bosques (Puigmartí, Tordera y Berga) llenan, entre otros, este recorrido que ha recuperado el engalanado para dos calles históricas. En la de Tordera no se veía un decorado desde 1976, y en la de Berga, desde 1966. Otros espacios, como la plaza del Diamant, celebrarán una fiesta alternativa. Aquí se celebrarán actos en solidaridad con los afectados por el Plan Hidrológico Nacional y con Palestina.

Este año se han aumentado los efectivos tanto de la Guàrdia Urbana -30 agentes patrullarán de día y el doble, 60, de noche- como del Cuerpo Nacional de Policía en previsión de posibles incidentes. En las fiestas de 2001 se registraron alborotos de madrugada que acabaron con la detención de varios jóvenes. La fiscalía de la Audiencia de Barcelona ha pedido penas de entre cuatro y siete años de prisión para dos de ellos.

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