La memoria de los olvidados

Mari (Ana Fernández) y Amparo (Anna Lizarán), en la penumbra de la madrugada, se emocionan al hojear un amarillento álbum de fotos en blanco y negro, símbolo de todo lo perdido. Mari acaba de llegar viuda a Barcelona desde Alosno, un pequeño pueblo onubense, para encontrar el sustento económico con el que mantener a los dos hijos que quedaron en el pueblo con su madre. Su rostro, su acento, sus ilusiones, representan a las del casi millón de andaluces que emigraron a Cataluña a partir de la década de los cincuenta. Un millón de historias reflejadas en la miniserie La Mari, una producción de In Vitro para Canal Sur y TV-3 que actualmente se rueda en Barcelona.

'Casi el 50% de la población catalana tiene sus orígenes fuera de Cataluña; sin embargo, han sido siempre los grandes olvidados de las cadenas autonómicas. Creo que eran necesarias historias como éstas en las que se retoma una época, unos años, donde la llegada de los andaluces fue esencial en la construcción de Cataluña', defiende Pau Garsaball, creador de este relato sobre los cambios sociales en la última década del franquismo.

El argumento de La Mari arranca en 1964, en plena campaña propagandística de los '25 años de paz', y concluye en 1975 con la muerte del dictador. Durante este periodo, Mari trabaja por un sueldo miserable realizando tareas domésticas, aprende a leer y a escribir, se integra en la comunidad emigrante de los barrios obreros de Barcelona y comienza a implicarse en el movimiento vecinal y la lucha por la democracia. 'Aunque ahora los discursos políticos hablen de integración perfecta, la realidad es que los catalanes no se lo pusieron fácil a los que llegaban de fuera. Había un desconocimiento total entre las dos culturas, al igual que ocurre ahora con inmigrantes paquistaníes o magrebíes', explica el guionista, que quiso concluir esta producción 'con la cara más optimista y beneficiosa de la emigración'.

'Mari es una tía vitalista, llena de inquietudes y abierta a aprender de lo bueno y lo malo. Una mujer que salta ante cualquier injusticia', dice Ana Fernández, protagonista de esta miniserie de dos episodios, rodada en castellano y catalán. María Galiana, Ramon Madaula, Carlos Hipólito, Anna Lizarán, Juli Mira, Ruth Gabriel y Antonio Dechent completan el reparto. Ana Fernández y María Galiana vuelven así a compartir un rodaje después de su participación en Solas, de Benito Zambrano, filme por el que ambas obtuvieron un Goya. Galiana encarna aquí el personaje de Genara, una amiga de Mari, inteligente, curiosa, con mucho sentido del humor, en 'un papel que nada tiene que ver con el de la abuela de Cuéntame cómo pasó [que Galiana interpreta en la serie de TVE]', puntualiza Fernández.

Los estudios Ideal de Barcelona parecen haberse convertido estos días en un Rastro en el que se acumulan trastos viejos que ayudan a reproducir la ciudad de los sesenta. 'Queremos que se respire un tono muy realista en la serie; pero tenemos mucha dificultad para reproducir una época reciente, de la que casi todos tenemos memoria, pero de la que apenas quedan restos', comenta el director, Jesús Garay.

El rodaje -en el que se han invertido 2,5 millones de euros- comenzó en la segunda quincena de junio y concluirá el 7 de septiembre en Andalucía, donde se filmarán las primeras secuencias y el punto final a los 180 minutos de una historia que debe estar lista para emitir durante la próxima primavera.

Una de las mayores dificultades llega a la hora de rodar en exteriores -casi 90 localizaciones- y reproducir, por ejemplo, el antiguo barrio barcelonés de El Verdum, donde reside Mari. Los efectos digitales serán esenciales para darle ese sabor añejo que necesita la serie, 'aunque sin recurrir a archivos, sin mezclar imágenes reales y de ficción. Esto es una serie, no un documental', agrega el director, al tiempo que asegura que La Mari sólo comparte con Cuéntame cómo pasó el momento histórico en el que transcurre la historia. Garay añade que nunca ha visto la serie protagonizada por Imanol Arias y Ana Duato.

El guión de La Mari surge a partir de entrevistas que mantuvo Garsaball con los emigrantes andaluces que aún viven en Cataluña: 'Aunque es una historia totalmente ficticia, creo que se llega a transmitir la realidad de una época y los problemas que llegó a superar esta gente'. Ana Fernández va más allá y asegura que en la serie se vivirá 'el miedo, la dureza y la ternura de esta gente luchadora, especialmente de las mujeres andaluzas, que comparten el espíritu que mantiene en pie a la Mari: 'Tu tierra es donde tienes a tus vivos y no donde descansan tus muertos'.