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Entrevista:G. IRIARTE, E. MÚGICA Y A. DE LA BRENA | Arquitectos

'Los ciudadanos aprecian la buena arquitectura aun sin saber por qué'

La Diputación de Vizcaya presentó el pasado mes de julio la maqueta de la que será nueva Biblioteca Foral, un moderno edificio acristalado que se integra como un guante entre los dos inmueble de piedra del palacio que srive de sede a la institución vizcaína, en pleno centro de Bilbao. El proyecto ha sido desarrollado por el estudio de arquitectos I.M.B, que integran, por ese mismo orden de iniciales, los profesionales bilbaínos Gloria Iriarte (1956), Eduardo Múgica (1953) y Agustín de la Brena (1956).

Después de 20 años de trabajar juntos, los tres han llegado a la simbiosis laboral. 'Abordamos los proyectos como si fuéramos un sólo arquitecto, lo que pasa es que desde tres perspectivas distintas', indica Eduardo Múgica. Cuando surgen las 'buenas ideas' se reconocen, 'se asumen colectivamente y se trabaja para enriquecerlas', interviene Agustín de la Brena.

Los tres están seguros de que Bilbao crecerá hacia la desembocadura de la Ría, donde 'hay muchísimo espacio'

Sus comienzos fueron, como los de la mayoría, con 'proyectos de supervivencia' y 'concursos' de proyectos, a los que ahora se dedican principalmente. Ello no les quita libertad creativa, afirman al unísono, sino que, al contrario, se la da. 'El tipo de obra que sale a concurso y el tipo de cliente que hay detrás normalmente permite después proyectar con libertad', dice Múgica. Lo que sí tienen muy claro es que se presentan a los concursos 'que apetecen'.

Otro tipo de viviendas

Los trabajos más recientes de este terceto de profesionales bilbaínos han sido principalmente encargos de 'administraciones públicas' y apenas algunos de clientes privados. 'El 90% de nuestro trabajo se refiere a arquitectura institucional. En cierto modo es una búsqueda voluntaria. Para abrirte camino, escoges uno y te dedicas a él, y nosotros nos hemos dedicado a la arquitectura de edificios públicos', indican.

Los tres coinciden en sus críticas a los criterios que dirigen la promoción privada, que levanta viviendas 'excesivamente convencionales, desajustadas en el tiempo a una demanda real mucho más flexible y diversa'. Iriarte explica que ahora hay otro tipo de familia, otras maneras de vivir. 'Y las viviendas se siguen proyectando de la misma manera', se queja.

'La arquitectura residencial se valora por metros cuadrados, número de piezas y punto. No hay oportunidad de decir otra cosa. Nos gustaría diseñar viviendas, pero que nos dejaran hacer otro tipo de viviendas, con espacios multifuncionales, con otro concepto', comentan.

Parece que últimamente los arquitectos de I.M.B. le han cogido el pulso a Bilbao. Su proyecto para la Biblioteca Foral ha ganado el concurso de la Diputación, también es suya la estación de Amezola, la reforma y ampliación de la de Abando, 'un parquecito de Elorrieta' y lo será también el futuro parque de Etxebarria. 'El Ayuntamiento ya ha aprobado el proyecto, pero aún no ha visto la luz. Lo que hay ahora sólo es una campa, agradable porque el sitio es precioso, pero está sin urbanizar', comentan los tres.

No les resulta fácil definir una línea en su trabajo. 'El lugar y el entorno nos condiciona sobremanera', indica Gloria Iriarte. 'Nuestra obra sí tiene una característica: es sumamente variada. No hemos repetido, prácticamente, ningún proyecto,', añade Múgica.

Su labor en los edificios que diseñan se dirige a todos los rincones, de lo más evidente al detalle más pequeño. 'El interiorismo, la decoración, el urbanismo... todas son tareas de los arquitectos. Tiene mucho que ver proyectar un parque con proyectar un edificio, muchísimo. La aproximación es similar. La arquitectura debe hacer coherente lo general con lo particular', dice Iriarte.

Una ciudad inmejorable

De la Brena apunta la gran importancia que él y sus socios conceden al usuario al que va dirigido el lugar a la hora de abordar un trabajo. 'Ahora estamos diseñando una ikastola y no hacemos más que mirar desde la altura del niño, en pensar que lo van a usar niños'.

Consideran que Bilbao es ahora mismo un lugar inmejorable para su profesión. 'Hay mucho por hacer', comenta De la Brena. Los arquitectos de renombre, dicen, son necesarios en esta regeneración de Bilbao, pero achacan a las instituciones que no se den más oportunidades a los profesionales vascos. 'Lo que no puede ser es que cada vez que sale un proyecto significativo se llame sistemáticamente a alguien de fuera. Un arquitecto de prestigio no siempre da resultado'.

Los tres están seguros de que Bilbao crecerá hacia la desembocadura de la Ría, una extensión donde 'hay muchísimo espacio', lo que es 'una delicia' para cualquier arquitecto. Y más para alguien acostumbrado a trabajar en Vizcaya, donde lo que más falta es precisamente eso, espacio.

¿Creen que los ciudadanos entienden el trabajo de los arquitectos? Para Múgica no hay dilema. 'No sé si entienden, pero que aprecian la buena arquitectura, no me cabe la menor duda. Aunque no sepan objetivar el por qué. No conozco un caso en el que usuarios no entendidos estén descontentos con una buena arquitectura'.

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