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La banca internacional planea recortar su inversión en Brasil pese al crédito del FMI

El real y la deuda del país suramericano vuelven a caer un día después de la ayuda financiera

La cuantiosa ayuda prometida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Brasil servirá para blindarle contra la crisis, pero también para proteger los intereses de los bancos internacionales con presencia en el país. Grandes entidades estadounidenses, como el Bank of America y Citigroup, están reduciendo fuertemente la inversión en deuda brasileña para minimizar el riesgo, y planean seguir haciéndolo en los próximos meses. Su decisión complica las cosas al Gobierno brasileño y sugiere que parte de los 30.000 millones de ayuda servirá para que los bancos puedan retirarse del país suramericano.

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Las entidades financieras internacionales no parecen muy dispuestas a renovar los préstamos concedidos a los brasileños, tanto privados como al Gobierno. Los banqueros dicen que el nuevo crédito del FMI no es suficiente para persuadirles de que pongan en peligro su dinero. 'Queremos minimizar los riesgos', indica el director financiero de Wachovia, Robert Kelly. Wachovia, el cuarto banco de EE UU, ha dejado de renovar sus créditos y planea reducir a la mitad los 720 millones de dólares (unos 741 millones de euros) que posee en deuda en Brasil.

El recorte en los préstamos que han comenzado a aplicar algunas entidades ya contribuyó a la caída del 20% del real brasileño en julio. Al menos 1.100 millones de dólares (unos 1.132 millones de euros) fueron transferidos fuera del país en las tres primeras semanas del mes pasado, el doble que en todo junio, según los datos del Banco Central de Brasil.

El real y la deuda brasileña, que subieron un día después del anuncio del préstamo del FMI, volvieron a caer ayer. La divisa se llegó a depreciar un 2,6%, hasta las tres unidades por dólar. El riesgo país se disparó un 13,76% y el CBond, principal título de deuda del país, cayó un 5%. De seguir esta tendencia, el plan de ayuda del FMI podría fracasar, tras un arranque esperanzador, como sucedió en varios países asiáticos.

La exposición de los bancos estadounidenses al mercado crediticio brasileño es grande. La deuda externa del país suma 264.000 millones de dólares (272.000 millones de euros), más del doble que la de Argentina, que no ha recibido de momento más fondos del FMI, en el que Estados Unidos es el miembro más influyente.

Deuda abultada

La retirada no sólo afecta a los bancos estadounidenses. El Santander Central Hispano (SCH) planea recortar en torno al 31% la inversión de su filial Banespa en deuda pública de aquel país, que asciende a 6.500 millones de dólares.

La salida de dinero parece aumentar de cara a las elecciones de octubre, según indican banqueros y economistas. Los inversores desconfían en los candidatos a la presidencia que van por delante en las encuestas: los progresistas Luiz Inácio Lula da Silva y Ciro Gomes. No obstante, el 80% del crédito del FMI está condicionado a que el nuevo presidente acate las recomendaciones de austeridad presupuestaria del fondo.

Mientras el futuro se resuelve, las entidades de crédito fuerzan a las compañías brasileñas a pagar su deuda y se niegan a renovar los bonos de la deuda pública tal como van venciendo. 'No estamos renovando las líneas de crédito a corto plazo', afirmó John Welch, economista jefe para América Latina del banco de inversión europeo WestLB. 'No esperamos revertir esta tendencia hasta después de las elecciones'.

Muchas compañías brasileñas muestran preocupación. Eucatex, fabricante de tejas, devolvió préstamos por 2,5 millones de dólares en junio y julio después de que los bancos acreedores, incluidos el italiano Banca Nazionale del Lavoro, no renovaran la financiación. En cuanto llegó la nueva ayuda del FMI, el supervisor financiero de Eucatex, Solange Marques, llamó por teléfono a los banqueros en busca de financiación en dólares.

'No esperamos un milagro', explicó. 'Confiamos en que los bancos extranjeros empiecen a mirar de una forma más favorable a Brasil, pero el futuro a largo plazo es todavía incierto'.

Normalmente, la función de la banca extranjera en Brasil consiste en proveer financiación a los bancos locales que, a su vez, prestan ese dinero a los clientes finales. União de Bancos Brasileiros, el sexto banco del país, ha visto cómo los préstamos provenientes de las entidades extranjeras caían más del 50% en julio, según su director financiero, Carlos Catraio.

Citigroup recortó los préstamos en el país en 2.100 millones de dólares. Bank of America, el tercer banco de Estados Unidos, ha dejado de conceder nuevos préstamos, según indicó su consejero delegado, Kenneth Lewis. El riesgo del banco en Brasil se eleva a 1.800 millones de dólares.

También JP Morgan, el segundo banco estadounidense, redujo sus préstamos hasta los 2.100 millones de dólares a finales de junio, frente a los 2.800 millones de un año antes. El banco no ha decidido cuándo volverá a aumentar la financiación.

Intermediarios de la Bolsa de São Paulo en plena euforia, el jueves, en la primera sesión tras el anuncio del FMI.
Intermediarios de la Bolsa de São Paulo en plena euforia, el jueves, en la primera sesión tras el anuncio del FMI.EPA

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