El calor se convierte en 'Canícula' en una metáfora de la crisis de sus personajes
La ciudad de Madrid bajo el sol abrasador de agosto, con las calles desiertas por el éxodo de vacaciones y destrozadas por las obras es el escenario de Canícula, el primer largometraje del guionista y realizador Álvaro García-Capelo (Bilbao, 1965). El calor del verano madrileño lleva al límite los conflictos interiores de los protagonistas de una obra en la que García-Capelo ha enredado la vida de los personajes. 'La canícula potencia los problemas que llevamos dentro al extremo', explicó ayer en Bilbao el director del filme. 'El calor es una metáfora de la crisis que viven los personajes'.
García-Capelo ha estrenado su película después de seis años preparando el proyecto. Canícula llegó a las pantallas el 2 de agosto y su equipo recorre estos días diversas ciudades en una gira promocional poco afortunada. El director viajaba ayer por carretera desde Madrid a la presentación en la capital vizcaína cuando se enteró por teléfono de que nadie se había preocupado de proyectar la película a los periodistas a la hora prevista. García-Capelo llegó acompañado por la actriz Nathalie Seseña. Finalmente, el actor Aitor Merino no asistió a la presentación porque había tenido que acudir a una prueba.
Canícula cuenta los problemas cotidianos de una periodista de televisión (Nathalie Seseña), un director de cine (Antón Reixa), un pijo metido a obrero (Aitor Merino), un publicitario (Sergi Calleja), un inmigrante marroquí (Farid Fatmi), un carnicero (Andrés Resino), una juez (Elvira Mínguez), un obrero macarra (el recientemente fallecido Ion Gabella) y un becario repelente (Zoe Berriatua). Todos tienen en común que pasan el verano en Madrid, soportando las altas temperaturas.
García-Capelo define su primer largo como una falsa comedia, una comedia realista o una comedia seria. 'Son calificaciones distintas, pero siempre es comedia', dijo. El guión trata de cargar de humor las situaciones cotidianas que viven los personajes, pero con un fondo que también toca el racismo, el paro o las relaciones familiares. 'Lo más importante en la película no son los grandes temas, sino las personas, que hacen más caso a los pequeños problemas que a lo realmente importante', añadió el director y guionista de Canícula. 'Retrata unas vidas creíbles. Aprovecho para meterme con cada uno de nosotros, con los pequeños egoísmos del ser humano'.
García-Capelo cree que los personajes de su película son 'buenos y malos a la vez', que cometen pequeños errores en sus vidas, pero disfrutan de 'un final liberador'. No hay en la obra, sin embargo, moralejas. 'No se juzga a nadie', advirtió. 'El público va a ver las miserias humanas, pero va a salir del cine con optimismo'.
En Canícula, García-Capelo ha vuelto a contar con Nathalie Seseña, la protagonista de su mediometraje Teresa y Vanessa. Seseña ha conseguido con ambos trabajos premios de interpretación, entre ellos el del último Festival de Cine de Peñíscola. 'Álvaro me ha dado la posibilidad de crear personajes distintos, con más registros drámáticos', agradeció la actriz.
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