Un yacimiento a la espera de ser explotado

El sector de los servicios de atención a domicilio, sobre todo para atender a personas mayores, generará en los próximos años entre 100.000 y 300.000 empleos en España, según distintos estudios. Navarra, La Rioja y Cataluña son las comunidades con más potencial en este yacimiento de empleo que cada vez tiene más dificultades para encontrar trabajadores.

Los trabajadores inmigrantes han ganado peso desde hace un par de años y la patronal estima que ya podrían ser el 10% del total

Hace casi una década, la Unión Europea definió los nuevos yacimientos de empleo como aquellos sectores de actividad ligados al Estado del Bienestar para los que era previsible imaginar un futuro de gran crecimiento. Uno de esos campos es la atención a domicilio, que gira en buena parte en torno al cuidado de enfermos y personas mayores, y cuyo impulso está ligado al envejecimiento de la población, la incorporación de la mujer al mercado laboral y el incremento de las familias de un solo padre.

Aunque las expectativas no han bajado -sólo en Madrid, la Fundación Tomillo ha estimado que el sector creará 105.000 empleos en los próximos años- en los últimos tiempos las empresas especializadas están encontrando cada vez más problemas para encontrar trabajadores.

'Desde hace tres o cuatro años tenemos dificultades para seleccionar profesionales', explica Mónica Reyes, responsable de desarrollo de Quavitae. Esta empresa participada por Caja Madrid, el Grupo Mapfre, JP Morgan y el Grupo Alba, entre otros, emplea a 1.104 personas en Madrid -más de la mitad-, Andalucía, Asturias, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Galicia y el País Vasco.

Las dificultades, según la experiencia de este grupo, son mayores en aquellas regiones con menores problemas de desempleo y responden fundamentalmente a dos factores: escasean los profesionales con experiencia en este tipo de trabajo y hay pocas personas dispuestas a emplearse en un sector con poco prestigio social. Este último factor se ha vuelto fundamental, según Reyes, para quien 'las condiciones salariales y de los horarios son mejores que en las residencias'. La media de edad de estos trabajadores, muchas de ellas mujeres, ronda los 40 años.

Ante esta situación, los inmigrantes se han convertido en mano de obra importante, sobre todo en los dos últimos años. Lopesino estima que podrían representar ya el 10% del total.

Donde hay más diferencias entre comunidades es en la oferta, en gran parte ligada a la administración local o autonómica. Los últimos datos del sector, de 1995, fijaban en 18.000 el número de trabajadores, explica Agustín Lopesino, presidente de la asociación patronal Asade, cuyos seis asociados dan empleo a entre 8.500 y 9.000 trabajadores.

Se trata, sin embargo, de un sector que se está organizando. El convenio colectivo está ligado al de residencias de ancianos y ha sido recurrido por la patronal, subraya Lopesino. 'Lo que hacen falta son profesionales', subraya Reyes, porque 'este tipo de trabajo debe hacer hincapié en aspectos como el control de hábitos y la reeducación de los usuarios'.

Los problemas para encontrar nuevos trabajadores no han impedido, sin embargo, que la atención domiciliaria haya crecido en los últimos años y siga siendo una actividad con potencial. El Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que acaba de analizar los principales yacimientos de empleo, concluye que La Rioja, Navarra y Cataluña son las tres comunidades con una perspectiva mejor en este campo. También superan la media, Aragón, Comunidad Valenciana y el País Vasco. El reto es convertir ese potencial en realidad.