Ibarretxe pide a Aznar que deje de 'engañar' con el pacto PNV-ETA
Iturgaiz: 'El nacionalismo comparte estrategia para exterminar a los no nacionalistas'
El desencuentro permanente entre los Gobiernos central y vasco volvió a quedar ayer en evidencia. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, pidió al Ejecutivo de José María Aznar que deje de 'enviar engaños y globos sonda' a la sociedad en torno al supuesto pacto PNV-ETA y dedique sus esfuerzos a la búsqueda de acuerdos y soluciones al problema del País Vasco. El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, incidió en ese pacto de 'todo el nacionalismo' unido en la estrategia de 'exterminar a los no nacionalistas' en Euskadi.
Ibarretxe, que participó en los actos conmemorativos de la festividad de San Ignacio de Loyola en Azpeitia (Guipúzcoa), no arremetió con nombres y apellidos contra ningún miembro del Gabinete del presidente, José María Aznar. Pero sus palabras iban dirigidas al vicepresidente primero, Mariano Rajoy. Fue él quien sugirió que se ha pactado una tregua con ETA, vinculada al acuerdo de autogobierno que da dos meses al Ejecutivo central para cumplir íntegramente el Estatuto de Gernika. 'No me gusta hablar sobre rumores', dijo, 'porque se están diciendo auténticas barbaridades y no precisamente por personas que no tengan responsabilidad'.
El lehendakari reiteró el mismo desmentido que había hecho la víspera con mayor contundencia Xabier Arzalluz. Con ánimo conciliador, siempre templado, consideró que ha llegado el momento de 'dejar de buscar el enfrentamiento gratuito'. Porque la sociedad vasca, insistió, exige a ETA 'que abandone de una vez para siempre la violencia', pero también que los políticos se dejen 'de insultos y descalificaciones' y pongan sus propuestas sobre la mesa para buscar soluciones.
Pastoral sobre terrorismo
Ibarretxe acogió con satisfacción el anuncio de la posible elaboración por parte de la Conferencia Episcopal de una pastoral sobre orígenes, causas y consecuencias del terrorismo. 'Todas las aportaciones suelen ser bienvenidas'.
Más que una aportación, lo que hizo el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, ante el propio lehendakari, fue una radiografía de la sociedad vasca. Apenas 20 minutos después de que Ibarretxe pidiera 'respeto' y 'educación a los políticos', el prelado constató que 'subsisten todavía en el seno' del pueblo vasco 'posiciones políticas irreconciliables que pueden acabar afectando gravemente a su cohesión social'. Fue durante la misa celebrada en la recién restaurada Basílica de Loyola. Allí, ante el portavoz del Gobierno vasco y varios consejeros, aseguró que el País Vasco 'necesita una paz respetuosa de la pluralidad, exenta de toda imposición violenta y antidemocrática, construida entre todos y para todos' y habló del difícil papel de la Iglesia, a veces 'criticada' y en otras ocasiones 'presionada'.
Alejado del tono templado de Ibarretxe, Iturgaiz prefirió la misma brocha gorda empleada por Arzalluz en su mitin de Mutriku. Para empezar dejó claro que un partido como el PNV y su líder, que 'prefieren ir de encubridores de ETA y de abogados defensores de los asesinos' no pueden estar en el bando de los demócratas. 'Ni Arzalluz es un demócrata, ni el PNV es un partido democrático', sentenció, al tiempo que acusaba al presidente peneuvista de no plantar cara a los terroristas por 'comodidad' y para tener 'un salvoconducto'. Iturgaiz reiteró que no hay posibilidad alguna de elaborar listas conjuntas con el PNV en los municipios donde el miedo y las amenazas pueda impedir unos comicios libres, porque 'hoy el PNV no defiende la libertad'. El dirigente popular también dirigió sus pullas contra Ibarretxe, al que pidió que retire su 'ultimátum chantajista' para el cumplimiento íntegro del Estatuto, algo 'más propio de bandas terroristas que de Gobiernos democráticos', enfatizó. Y pidió la intervención de los jueces si el lehendakari decide 'manu militari recoger esas competencias'.
Pero el grueso de su primera intervención en el País Vasco tras sus vacaciones fue la denuncia de lo que considera una 'estrategia de todo el nacionalismo para amenazar, coaccionar, intimidar al PP y al Gobierno' de Aznar. Una estrategia conjunta en la que ETA y los partidos nacionalistas han decidido repartirse los papeles: los 'nazis' de Batasuna se concentran ante las sedes del PP y el PNV 'utiliza las tribunas para la amenaza, el insulto y la coacción de manera hipócrita y cínica'. 'ETA le ha pedido al PNV que rompa con España y el PNV hace los deberes, batasunizándose', subrayó. EA dijo que es un 'sarcasmo' que el PP hable de 'exterminio' cuando muchos de sus líderes son 'nostálgicos del franquismo'.
Al igual que el PP, el PSOE criticó las palabras de Arzalluz. El líder del socialismo alavés, Javier Rojo, le llamó 'padrino vasco' por 'ofrecer munición dialéctica a los Txapotes [ex jefe militar de ETA] de turno' para 'encontrar argumentos que justifiquen sus crímenes'. Y dijo que con sus palabras sobre la marcha del catedrático Francisco Llera, Arzalluz alienta el 'éxodo de miles de vascos'.
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