Una sala de Nueva York presenta la obra del pintor Mikel Berezibar
Mikel Berezibar Oyarzabal (Deba, 1962) se ha saltado algunos de los pasos tradicionales en la carrera de un pintor. Su obra, prácticamente desconocida en Euskadi, llega a finales de este mes a Nueva York sin apenas haberse mostrado en salas vascas. La Agora Gallery, en el neoyorquino barrio del Soho, inaugurará el próximo 20 de agosto Influencias e Innovación, una exposición colectiva en la que otorga un lugar relevante a este artista, al que representará al menos durante un año.
El pintor, más conocido como Beroyar, ha encontrado fuera de casa lo que, dice, se le ha negado en su tierra. 'He hecho algún intento de presentar aquí en galerías de San Sebastián, Madrid y Barcelona, sin mucho éxito', asegura. 'Aquí, si no tienes un nombre no tienes cabida en ningún lado'. Pero el autor, obsesionado ahora con la pintura abstracta, no desistió. Envió currículos a salas de Nueva York con la dirección de la página web donde muestra su trabajo (galeriaberoyar.tallerdice.com). Unos 15 días después, recibió la llamada de uno de los responsables de Agora para proponerle firmar un contrato de representación de un año y realizar una exposición de presentación.
La galería ha seleccionado ocho piezas que resumen la trayectoria de un artista, diseñador gráfico y publicista que ha seguido 'un proceso de evolución clásico'. 'Empecé haciendo pintura figurativa, practicando mucho dibujo -paisajes, retratos, caricaturas para familiares-', recuerda. 'Luego coqueteé también con el surrealismo e hice un poco de cubismo, pero cuando empecé realmente a sentirme cómodo fue con el abstracto'. Su madre acostumbra a decir, según relata, que aprendió a escribir dibujando las letras del periódico. Él se limita a explicar que pinta por puro sentimiento y que su descubrimiento de la abstractación 'ha colmado' todas sus necesidades creativas y estéticas.
Investigación
Los cuadros de Beroyar son la prueba palpable de su incesante búsqueda pictórica, centrada sobre todo, en explorar las posibilidades del color y de la materia. Hace tres años, se empeñó en teorizar sobre la transparencia de óleo. 'Siempre se le ha dado un tratamiento opaco y yo quería desarrollar el contrario con la técnica de la acuarela', explica. 'Y haciendo pruebas sobre soportes transparentes me di cuenta de que no sólo conseguía hacer eso, sino también que el contexto influyera sobre el cuadro'.
El pintor guipuzcoano mostrará también en Nueva York sus experiencias sobre el cristal. ¿Qué espera de su paso por esta ciudad? 'Todo y nada', responde. 'El hecho de haber llegado hasta allí ya es un sueño logrado y una victoria particular. Considero que Nueva York es una puerta al mundo y voy con la esperanza de que todo es posible, sin perder la conciencia de lo difícil que es entrar en el mercado y abrirte un hueco'.
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