Oposición en Camarles a la instalación de una granja de monos
Los vecinos temen que los primates causen problemas sanitarios y ecológicos
La instalación en Camarles (Baix Ebre) de una granja de monos destinados a la investigación ha topado con la oposición de la población, que ha constituido la plataforma Aturem el Centre de Primats para alertar de los peligros sanitarios y ecológicos de la existencia de un centro de estas características en el municipio.
La instalación en Camarles (Baix Ebre) de una granja de monos destinados a la investigación ha topado con la oposición de la población, que ha constituido la plataforma Aturem el Centre de Primats para alertar de los peligros sanitarios y ecológicos de la existencia de un centro de estas características en el municipio. Para detener las obras de la granja, la plataforma convocó ayer una manifestación, a la que acudieron unas 300 personas.
El proyecto, que se conocía desde 1999, había generado oposición hasta ahora fuera del municipio, entre entidades ecologistas y proteccionistas, contrarias al uso de animales en experimentación científica. Los promotores de la empresa, la francesa Société de Recherches Primatologiques, niegan que el centro, que albergará 1.600 monos, pueda generar problemas medioambientales o de salud y aseguran que la granja cumple escrupulosamente con la normativa vigente.
Los primeros en oponerse al proyecto fueron algunas organizaciones contrarias al empleo de animales en proyectos de investigación, como Ecologistas en Acción y la Fundación Altarriba. Alicia Prades, portavoz de Animal Help -integrada en Ecologistas en Acción-, afirma que la empresa solicitó permisos para instalar el centro en otros países europeos, que denegaron su solicitud, 'pero parece que aquí se dan permisos para todo'. La construcción se ha visto postergada con la puesta en marcha de contenciosos por parte de la fundación Altarriba por supuesto incumplimiento de la ley urbanística, dado que al lado de la granja se construía la vivienda del guarda.
Los departamentos de Medio Ambiente y Política Territorial también mostraron una actitud dubitativa tras la concesión de las licencias y contribuyeron al retraso de la puesta en marcha del centro, que finalmente, por vía judicial, ha obtenido todos los permisos.
Una vez que la construcción parece imparable, ha sido parte de la población de Camarles, de unos 3.000 habitantes, la que se ha unido contra el proyecto. En una asamblea a la que asistieron 200 personas, se decidió la constitución de la plataforma Aturem el Centre de Primats, que ha hecho suyos los argumentos de los ecologistas. Según explica Tomàs Queralt, el centro se sitúa en suelo rústico, que sólo puede albergar granjas agropecuarias, 'y los monos no son gallinas o cerdos'. Además, la granja estará a tan sólo siete kilómetros de la zona del delta del Ebro incluida en el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN).
Agentes nocivos
Una de las cuestiones que más preocupan de la instalación de la empresa es que los monos, bien mediante sus excrementos, bien en caso de que alguno se escapara, podrían alterar la ecología del delta mediante la transmisión de algún agente nocivo, 'y ésta es una zona plagada de mosquitos y conejos salvajes', de manera que cabe la posibilidad de que se viera afectada la salud de las personas, según explica Queralt.
Los contrarios al proyecto esgrimen diferentes informes técnicos, uno de ellos de la veterinaria del zoo de Barcelona, sobre el peligro que comporta albergar la granja. La plataforma, que está dispuesta a llegar al Parlamento europeo, ha recogido ya 1.000 entre los ciudadanos de Camarles.
El representante de la Société de Recherches Primatologiques, el abogado Antonio Faura, considera legítimo que los contrarios a la experimentación con animales se manifiesten, 'pero sin engañar a la gente', y trata de desmontar uno por uno los argumentos de la plataforma. Respecto al hecho de que la granja de monos se instale en una zona rústica, Faura se pregunta qué sucede con la existencia de granjas de avestruces y recuerda que el proyecto cumple al pie de la letra la normativa europea al respecto.
El abogado explica que el centro está ubicado 'a 15 kilómetros del punto más próximo del parque del delta y por encima de la autopista A-7'. Además apunta que los monos nacen en cautividad en las islas Mauricio, quer cada uno de ellos lleva un chip de identificación para su control sanitario y niega que los monos, macacos en concreto, vayan a ser maltratados. 'Estarán en enormes jaulas donde se trata de reproducir un hábitat natural y por las que se pueden mover con libertad, y su traslado también está controlado', asegura Faura.
Los monos, destinados a experimentación farmacológica y tóxica, se destinarán a laboratorios de diferentes países europeos. Según Faura, la empresa preveía llegar a criar el doble de macacos en Camarles, pero los retrasos y la polémica suscitada les han obligado a reducir las cifras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.