'La política acaba entonteciendo'
Pregunta. ¿Nunca fantasea con lo que hubiera hecho si le dejan capitanear el barco de Ferraz?
Respuesta. No me queda tiempo para fantasías siendo presidente de Castilla-La Mancha. Pero lo que no era una fantasía es que quería ser secretario general del PSOE para ser presidente del Gobierno.
P. ¿Ha sido el gran batacazo de su vida?
R. En absoluto. Los he tenido graves, como la muerte de mis padres.
P. ¿Opina, con González, que a la nueva ejecutiva le faltan ideas y contenido?
R. González no tuvo su mejor día cuando hizo esa declaración.
P. Dijo que en el PSOE no es un pata negra. ¿Qué se considera, chopped?
R. No [ríe]. Yo soy un socialista con 32 años de militancia, pero que no comí la tortilla con los sevillanos, y eso durante un tiempo imprimía carácter.
P. ¿Le gustaría tener los ojos de su secretario general?
R. De mi secretario general tengo su confianza y su afecto, y ya me sobra. Sus ojos se los dejaremos a su mujer.
P. ¿Qué puede temer Alfonso Guerra si le encuentra de noche en un callejón?
R. Él sabe que soy generoso y olvidadizo de aquello que no conviene recordar.
P. Se marcó un libro electoral, Bono se presenta, que era un modelo de hagiografía.
R. Está usted un poco antigua, porque ese libro está ya muy agotado.
P. Pues en el que hizo del viaje del Príncipe a Castilla-La Mancha parecía que el que visitaba la comunidad era usted.
R. Es que yo visito Castilla-La Mancha más que el Príncipe, y la conozco mejor.
P. Cuentan que sus rivales llegan desinflados a las urnas, porque los mata a dossieres.
R. No es cierto. Lo que ocurre es que el PP ayuda mucho eligiendo a sus candidatos en Madrid y cambiándolos para cada elección, lo cual me sugiere seguir el consejo de Napoleón: cuando el enemigo se equivoca no hay que distraerlo.
P. Siempre gana por mayoría absoluta en tierra de derechas. ¿Por su práctica de ir regalando relojes o porque es más español que socialista y obrero?
R. Desde luego, antes de ser socialista era español. Y soy de los que creen que el bienestar de los españoles vale más que el PSOE y el PP juntos.
P. ¿El que usted no toree será una limitación en su carrera electoral con Suárez Illana?
R. A mí el toreo que más me gusta es al natural, que se hace con la mano izquierda. Porque el que torea con la derecha siempre tiene que ayudarse de la espada.
P. Listas electorales de paridad; ley contra los malos tratos. ¿Las mujeres deberíamos ponerle un piso?
R. [Ríe] Por lo menos, lo que podemos hacer es tomarnos una copa juntos.
P. 'No acabé siendo cura de milagro'. En su mejor línea, ¿hubiera aceptado sólo ser cardenal primado?
R. Cuando yo sentí la llamada era para ser jesuita. Y ya sabe que con este papado los jesuitas no tienen el camino despejado.
P. 'Los pecados de la carne se perdonan con un avemaría'. ¿Se reza usted muchas?
R. Los pecados de la carne son siempre de debilidad, y nunca de malicia. Por esa razón, creo que no les hace falta ni un avemaría.
P. ¿Tiene alguna pasión mayor que el poder?
R. Mi familia, sin duda. Lo que ocurre es que detesto a los políticos que niegan serlo.
P. ¿Se ha puesto más blandito desde que adoptó a Sofía?
R. Desde luego, no sé con los demás, pero con mi hija Sofía soy un absoluto flan.
P. Hablando de flanes. Creo que borda el de huevo.
R. Me sale muy bien. Antes dedicaba más tiempo a la cocina. Yo antes de dedicarme a la política activa era mucho más listo. La política acaba entonteciendo.
P. ¿A qué paisano suyo le gustaría parecerse: a Don Quijote, a José Luis Perales, a Sara Montiel...?
R. Ninguno de los vivos considerará una ofensa que quiera parecerme al inmortal Don Quijote.
P. ¿Casi 19 años de Bono a lomos de Rocinante por Castilla-La Mancha son gloria bendita?
R. En democracia, el tiempo no se mide en años, sino en votos. A la derecha, 19 años se le antojan 19 siglos.
PERFIL
Con 51 años y cuatro hijos, tiene como aficiones la jardinería, la lectura y 'jugar con mi hija y contarle cuentos'. Hace gimnasia todas las mañanas, y dice que es un maniático del orden y que no sabe odiar. Al final de la entrevista, dispensa a fotógrafo y entrevistadora consideración de posibles votantes, regalándoles sendos relojes de su comunidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.