La Ley de Calidad incluye un cuarto itinerario a los 15 años para los estudiantes con peores resultados

La novedad más relevante que ha incluido el Ministerio de Educación en las últimas semanas en el anteproyecto de la Ley de Calidad, que aprobará hoy el Consejo de Ministros, es la creación de un cuarto itinerario para los alumnos que vayan peor y al que podrán pasar a partir de los 15 años. El Gobierno pretende con este itinerario (que da acceso al título de graduado en ESO y se denomina Programa de Iniciación Profesional) eliminar la actual garantía social (para estudiantes de 16 años que no hayan obtenido el título de la ESO y quieran formarse en algún oficio). Este itinerario durará dos años, pero, puesto que sólo es obligatorio estudiar hasta los 16 años, Educación ya ha previsto que los alumnos que sólo cursen una parte obtendrán una certificación. Este itinerario constará de conocimientos generales de la ESO y los llamados módulos profesionales. Los chicos que superen sólo esta segunda parte podrán acceder a la FP de grado medio, tras una prueba.

Esta novedad ha sido calificada por el PSOE como el 'itinerario basura': 'La ley refuerza la segregación, porque incluye un nuevo itinerario basura que segrega a los alumnos con dificultades a los 15 años y elimina la garantía social, una vía educativa para los alumnos que podían alcanzar el título de la ESO. Ahora a esos alumnos sólo les queda la calle', señala la portavoz de Educación de la Ejecutiva socialista, Carme Chacón.

Otro aspecto incluido en el articulado de la ley es la posibilidad de que los alumnos que, tras superar el bachillerato, no aprueben la reválida puedan acceder a la FP de grado superior tras una prueba. Esta medida ha sido muy criticada por algunos sectores porque consideran que 'degrada' la FP superior. También incluye la ley la posibilidad 'excepcional' de que los alumnos que no superen la ESO por una sola asignatura sean aprobados por el centro.

Respecto a los privilegios que otorga la ley al nuevo cuerpo de catedráticos, Educación ha eliminado uno: tener prioridad para impartir el bachillerato y la FP superior. Y los profesores mayores de 55 años podrán sustituir parte de su horario de clase por otras actividades sin reducir sus ingresos, un aspecto exigido por los sindicatos.