Blair advierte de que no compartirá la soberanía de la base de Gibraltar
El líder británico acepta dar acceso a España, pero introduce confusión en las negociaciones
El primer ministro británico, Tony Blair, confirmó ayer que España podría utilizar la base militar de Gibraltar si se alcanza un acuerdo para compartir la soberanía de la Roca, pero dio paso a la confusión al advertir de que eso sólo podría ocurrir manteniendo las instalaciones bajo 'soberanía británica'. Caben dos interpretaciones: o confundió 'soberanía' con 'control' o dio un paso atrás respecto a lo declarado la víspera por su ministro para Europa, Peter Hain.
En una larga rueda de prensa televisada para abordar todos los acontecimientos de la actualidad, Blair fue preguntado en tres ocasiones por las declaraciones realizadas a este diario por Peter Hain, y en particular sobre la eventualidad de convertir la base militar británica en una base de la OTAN bajo control del Reino Unido, de manera que los militares españoles, como los de cualquier otro país aliado, pudieran acceder a esas instalaciones.
Blair tuvo mucho interés en dejar claro que la posición de su Gobierno no ha cambiado porque lo que ha defendido siempre es que las instalaciones militares deben seguir bajo el control de su país, al margen de que España pueda o no acceder a ella. Pero creó una cierta confusión al utilizar la palabra 'soberanía', un término que en estas negociaciones parecía reservado a las referencias al papel que España y Gran Bretaña jugarán en el conjunto del territorio de Gibraltar, en el que planean compartir la soberanía, mientras que en lo que se refiere a las instalaciones militares el dilema es si se mantienen bajo 'control' británico o también pasan a un régimen de igualdad de derechos.
España está dipuesta a ceder el control operativo de la base a los británicos, si la soberanía sobre la base es compartida. Pero no admitiría ningún acuerdo en el que la soberanía de la base, que ocupa el 40% del territorio de Gibraltar, fuera desgajada del resto para quedar en manos exclusivamente británicas. El anterior ministro de Exteriores, Josep Piqué, que ha llevado toda la negociación hasta ahora, se mostró reiteradamente convencido de que ese tema estaba resuelto y que los británicos aceptaban esta posición conisderada irrenunciable por España.
'La base seguirá bajo control británico', dijo ayer Blair. 'El que eso ocurra en el marco de la OTAN o en otro marco, dependerá exclusivamente de la voluntad británica y la soberanía británica'.
'Tenemos que decidir nosotros, como Gran Bretaña, qué ocurre con esa base y no puede haber ningún añadido a ese principio', afirmó luego al ser presionado de nuevo por los periodistas británicos. 'Si decidimos que se convierta en una base de la OTAN -y que por tanto implique a gente de la OTAN- no hay ninguna razón para que no pueda involucrar a cualquier país de la OTAN', añadió, confirmando así las palabras de la víspera de Hain en las que explicó que España podría utilizar la base como cualquier otro aliado, aunque ésta quedaría bajo control del Reino Unido.
'La cuestión es que durante las negociaciones se planteó si íbamos a compartir la soberanía sobre esta base, y la respuesta es que no', concluyó Blair.
Estas palabras del primer ministro sembraron preocupación en medios diplomáticos españoles que habían acogido positivamente las declaraciones hechas la víspera por Hain a este diario, en la medida en que implicaban al menos una clara voluntad política de llegar a un acuerdo. Tanto la ministra de Exteriores, Ana Palacio, como los demás altos cargos de Exteriores relacionados con Gibraltar se negaron, sin embargo, a comentar la entrevista debido a que, según dijo Palacio, 'no tiene ningún sentido entablar un diálogo entre gobiernos a través de los medios de comunicación'.
Por la tarde se fue imponiendo la idea, incluso en medios británicos, de que Blair confundió en sus respuesta el simple control de la base con la soberanía.
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