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El ministro Álvarez-Cascos rechaza dedicar dinero público a reducir las tarifas de las autopistas

La Declaración de Gelida le recuerda que sólo reclama los impuestos de los peajes

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, dijo ayer en Cervera (Segarra) que su Gobierno no es partidario de aplicar rebajas a los peajes de las autopistas porque esa medida implica dedicar dinero público a subvencionar un actividad privada y repercutiría en los bolsillos de los automovilistas y no automovilistas que no utilizan la autopista. Las declaraciones del ministro se producen 12 horas después de que los partidos parlamentarios firmaran un pacto para negociar con el Gobierno central una reducción de peajes.

'Aquí nada es gratis total', señaló el ministro, 'y cambiar peajes por circulación libre es decirles a los que no circulan por la autopista que empiecen a pagarla, y yo creo que eso se ha sopesar'. Las declaraciones del ministro se produjeron 12 horas después de que el grupo de peajes creado por el Parlament aprobara por unanimidad un documento que será enviado al Gobierno central. El pacto busca reequilibrar el pago de peajes empleando para ello el dinero de los impuestos que generan los propios peajes. Entre los miembros del grupo de peajes están también el PP y las concesionarias que anunciaron bonficaciones, al margen de lo que decida el Gobierno central.

Éste fue el argumento utilizado por el portavoz de la Declaración de Gelida, Jordi Carrillo, quien pidió al ministro que lea la propuesta antes de descalificarla. 'Nadie ha pedido que destine una sola peseta de las previstas para las autovías gratuitas a eliminar peajes. Todo lo contrario, pedimos que haga las autovías. Él mismo dijo en Sant Sadurní hace unos meses que había que buscar fórmulas para suavizar los peajes a los usuarios habituales. En el documento del grupo de peajes tiene varias propuestas'. Carrillo pidió calma para 'no entrar en una espiral de exabruptos que no benefician a nadie'.

La segunda parte de su recomendación no fue escuchada. El consejero del Política Territorial, Felip Puig, sugirió que el Gobierno central destina el dinero público a construir autopistas fuera de Cataluña por las que, dijo, 'pasan más conejos que coches'. Jaume Oliveres (ERC) reclamó una 'movilización de la sociedad catalana para acabar con este agravio histórico'.

También hizo un llamamiento a la calma la diputada del PP Dolors Montserrat, que expresó su confianza en que la actuación del PP de Cataluña, 'al lado de toda la sociedad catalana', sirva para lograr que Álvarez-Cascos cambie de opinión.

El diputado Manel Nadal (PSC) prefirió no tomar en consideración las declaraciones del ministro, que, dijo, 'está en la cuerda floja y pinta poco en el Gobierno'. Nadal pidió a Josep Piquer que se pronuncie sobre los peajes 'si de verdad quiere ser candidato en Cataluña'. Joan Boada, por su parte, expresó su perplejidad por las declaraciones del ministro cuando 'no ha tenido tiempo para leer el documento', y a continuación recordó que no se trata de destinar dinero público a subvenciones, una solución que él tampoco aceptaría, sino 'sólo el dinero generado por los impuestos de los peajes'.

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Álvarez-Cascos, que se declaró contrario a una reducción de peajes tras el primer acuerdo, el pasado 10 de enero, hizo una serie de reflexiones al respecto que, en su opinión, justifican su postura: 'Si se financiaran sólo con impuestos las infraestructuras que se hacen en España, una parte de la red de que hoy disponemos no existiría y, sobre todo, no avanzaríamos al ritmo en que lo estamos haciendo'. Y añadió: 'Estamos haciendo obras con financiación pública y libres de peaje, y además les sumamos infraestructuras construidas con financiación privada mediante el régimen de peaje. Renunciar a los peajes es renunciar al crecimiento de nuestras infraestructuras, y eso si que sería una política equivocada para el interés general de Cataluña y del resto de España. Por eso no soy partidario de rebajar los peajes, sino de todo lo contrario, de seguir invirtiendo al máximo con recursos europeos y propios, y además fomentar al máximo nuevas construcciones financiadas por la iniciativa privada'.

El ministro explicó que el Ejecutivo del PP ha enviado al Congreso un proyecto de ley de régimen de concesiones para estimular a la iniciativa privada a participar en proyectos de obras públicas de envergadura. 'Espero que en los próximos años se incrementen los kilómetros de autopistas de peaje, los kilómetros de ferrocarril, las instalaciones portuarias y aeroportuarias, que complementen la inversión pública con aportaciones privadas para aumentar el ritmo inversor de nuestras infraestructuras'.

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