La falta de fondos estrangula el regreso de miles de afganos
Los países donantes no cumplen las promesas de ayuda hechas en Tokio
Ha sido una avalancha. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) esperaba el regreso de 800.000 refugiados a lo largo de todo el año, y sólo en los primeros seis meses ya ha asistido a más de un millón. Muchos otros han regresado por su cuenta. También los desplazados internos, más de un millón, quieren volver a sus hogares. Pero necesitan ayuda para reconstruir sus casas y su entorno vital.
'Si no llegan nuevos fondos, tendremos que suspender la operación a finales de julio', dice Arnaud Conchon, responsable de logística de Organización Internacional de Migraciones (IOM) para el norte de Afganistán.
'Sí, de acuerdo, el norte está tranquilo, pero a mí no me ha quedado nada allí. ¿Cree usted que seguiría aquí, descalzo, si tuviera un pedazo de tierra al que regresar?'. Rahman es una de las 60.000 personas que esperan ayuda para volver a su casa en Faryab entre el polvo del campo de desplazados internos de Maslakh, a las afueras de Herat.
Recientemente la IOM logró cerrar Rawzabagh, otro de los campamentos. Cuando IOM inició sus operaciones el pasado diciembre, sus registros tenían censados a 622.346 desplazados sólo en el norte del país. Hoy, la cifra se ha reducido en 175.352 personas, que han podido recibir una pequeña ayuda económica, 150 kilos de trigo y un paquete de productos básicos (mantas, bidones para agua, utensilios de cocina, jabón, etcétera) para reiniciar su vida tras meses e incluso años de supervivencia en condiciones penosas. El Programa Mundial de Alimentos (PAM) ha empezado a reducir las raciones de trigo con las que ayuda al regreso de refugiados y desplazados a 100 y 50 kilos por falta de fondos.
'Hoy sólo me quedan 4.000 paquetes de ayuda', se duele Conchon que ve cómo el dinero prometido por los países donantes en la conferencia de Tokio no llega. 'Estamos al límite. Si no cambia la situación tendremos que suspender nuestras operaciones a finales de julio', advierte desesperanzado. Y eso que IOM ya ha reducido el ritmo de reasentamientos a 500 personas al día a raíz de las dificultades financieras que paralizaron su actividad entre finales de abril y el 18 de junio. 'Ya no establecemos las prioridades en función de las necesidades sino de acuerdo con el presupuesto', explica Conchon.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.