Palacio y Benaissa acordaron en Rabat el regreso de los embajadores para septiembre
La ministra defiende que las relaciones institucionales 'deben volver a su más alto nivel'
El embajador de Marruecos en España, que fue retirado en octubre de 2001 por decisión de Rabat, regresará a Madrid el próximo septiembre, prácticamente coincidiendo con la visita que efectuará a España el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Mohamed Benaissa. En esa misma época, el embajador español en Marruecos, Fernando Arias-Salgado, regresará a Rabat. Así lo acordaron el pasado lunes en la capital marroquí Benaissa y la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio. La entrevista fue 'tensa y dura', según personas que ayer hablaron con Palacio en Bruselas.
Durante esa entrevista en la capital marroquí, 'la voz cantante en la parte marroquí no la llevaba Benaissa, sino Taieb Fassi-Fihri', según diversas fuentes. Fassi-Fihri es el secretario de Estado para Europa, fue instructor de Mohamed VI cuando éste era príncipe y ahora es uno de los principales asesores del rey. En la reunión con Palacio, llegó incluso a rectificar en algún momento a su ministro de Exteriores y fue él quien dio el visto bueno final al texto pactado con Palacio.
La tensión con que comenzó la entrevista alcanzó altas cotas cuando la ministra dijo enérgicamente que había 'una agenda cerrada', tal y como ayer recordó públicamente en Bruselas, y que se circunscribía al 'incidente' o 'contencioso' de Perejil, que llegó a calificar de 'vulneración de las reglas de juego entre vecinos' y de 'acción de clarísima hostilidad'. 'La agenda fue pactada y sólo contemplaba un acuerdo para la vuelta al statu quo, por lo que sólo hablamos de eso', insistió ayer Palacio.
Ambos ministros pactaron que en los dos o tres días siguientes apenas hablarían públicamente del contenido de su conversación. Pero, sobre todo, Marruecos se comprometió a no continuar la campaña internacional que tenía prevista para difundir en televisiones y periódicos de todo el mundo sus puntos de vista sobre Perejil y otros territorios del norte de África.
Previamente, el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, les remitió una carta con su interpretación del acuerdo. En ella se indica que Perejil recuperaría el statu quo, que Marruecos y España se comprometen a resolver sus diferencias por vías diplomáticas y que no se producirá en esa zona en el futuro ningún otro incidente como el provocado por la presencia de gendarmes marroquíes en Perejil.
Palacio restó importancia al hecho de que Benaissa no la hubiera recibido en el aeropuerto de Rabat ni a la puerta de su ministerio. 'Evidentemente, hay otro tipo de formatos, pero fue perfectamente correcto desde el punto de vista protocolario', afirmó. Resuelto el problema del islote, 'ahora hay que hablar', insistió ayer Palacio, porque la crisis 'se ha resuelto de forma absolutamente satisfactoria. Hay que hablar de todas las cuestiones que afectan a nuestras relaciones; hay otras cuestiones, por supuesto', entre las que citó la emigración y las drogas, pese a que la pregunta se había centrado en el Sáhara.
'Pero lo primero es establecer los cauces, y los cauces son los embajadores', comentó la ministra al referirse a su prevista entrevista de septiembre con Benaissa en Madrid. 'Para ese viaje no hay una agenda abierta, y no creo que podamos ir más allá de la vuelta de los embajadores', precisó. 'Ahora hay que reforzar la confianza', señaló la ministra. Ése fue el mensaje en el que más insistió durante sus entrevistas en Bruselas, para destacar al respecto 'las profundas relaciones y de alta calidad' que siempre ha habido entre España y Marruecos. 'Hay muchísimos contactos' en estos días para desarrollar el acuerdo sobre Perejil, agregó. Y subrayó: 'Las relaciones institucionales deben volver a su nivel más alto'.
Palacio, que no quiso anular su compromiso de asistir ayer a una reunión del Comité Económico y Social de la UE sobre el futuro de Europa, tuvo una intensa jornada en la capital comunitaria, donde agradeció personalmente el apoyo que ha recibido en esta crisis del secretario general del Consejo, Javier Solana; del presidente de la Comisión, Romano Prodi, y del secretario general de la OTAN, George Robertson. 'La bandera de la UE es la defensa del derecho y de los principios' y 'se ha demostrado una vez más por qué hemos hecho Europa', explicó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.