Un 'goya' entre narcotraficantes
Requisados dos cuadros en EE UU en una operación antidroga
El príncipe saudí Nayef Bin Sultan Bin Fawwaz Al Shaalan aseguró a los dos narcotraficantes colombianos que el éxito de la operación estaba garantizado. Con su pasaporte diplomático podía trasladar impunemente toneladas de cocaína alrededor del mundo en su avión privado. Además, su socio tampoco despertaría sospechas porque era un coleccionista español de arte, José María Clemente. El plan se perfiló entre septiembre de 1998 y marzo de 1999.
El cargamento de más de 2.100 kilos llegó finalmente a París en el avión del príncipe Al Shaalan el 16 de mayo de 1999, listo para su distribución por Europa. Pero semanas después los planes se les torcieron cuando las policías francesa y española incautaron la mitad. Los narcotraficantes no querían saber de problemas y seguían demandando su parte del botín. Fue entonces cuando Clemente les ofreció pagarles con un goya y un foujita.
Las obras, El atraco a la diligencia, de Goya, y el Busto de una joven, de Foujita, están ahora custodiadas por la DEA (Agencia contra las Drogas de Estados Unidos), y un gran jurado federal en Miami ha procesado al príncipe saudí, al coleccionista español y a otros dos presuntos cómplices. Todos están fugitivos, menos la mujer que les presentó, la agente de raíces colombiana Doris Mangeri Salazar, arrestada el miércoles en Miami. Las autoridades de EE UU creen que el príncipe Al Shaalan está en Arabia Saudí y el coleccionista Clemente en Suiza, pero desconocen el paradero.
Ninguno sabía que los narcotraficantes eran informantes de la DEA. Se habían prestado a colaborar con la agencia antidroga para tratar de rebajar sus propias condenas como conspiradores del mayor caso de narcotráfico desde la caída de los carteles de Cali y Medellín.
El caso se ha complicado aún más porque otra coleccionista de arte de Barcelona, Elena de Saro, ha demandado a la DEA alegando que los cuadros le pertecen y se los han requisado ilegalmente. 'Mi cliente está espantada de la acusación que la DEA ha hecho vinculando los cuadros con la droga. Es simplemente falso. Mi cliente no está procesada', declaró ayer a EL PAÍS la abogada de De Saro en Miami, Sharon Kegerreis. En los documentos del encausamiento, anunciado el pasado miércoles, la fiscalía federal en ningún momento insinúa que De Saro tenga alguna vinculación con el proceso. Si los acusados son condenados, la DEA tiene previsto subastar las obras, valoradas en dos millones de dólares.
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