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Reportaje:

Amenaza de tormenta

La crisis del mercado del arte en Barcelona pone en peligro la estabilidad de algunas galerías

La Barcelona cosmopolita, abierta e inquieta ha descubierto su expresión anodina, bostezante y mezquina cuando habla de arte contemporáneo. Al menos con relación a la creación de un mercado de coleccionismo particular. Ayer en Consell de Cent se hablaba de un mes malo. 'Ahora sólo se piensa en vacaciones'. Pero detrás de esta apreciación coyuntural se esconde una mala temporada. Tan triste que el mundo galerístico barcelonés bulle, pero no de euforia, sino de análisis y replanteamientos comerciales. Incluso la palabra cierre está en la mente de algunos galeristas.

En el Born, Camilla Hamm está planteándose su futuro. 'Esperaré que pase el verano para ver si cierro o me asocio con otro galerista'. En opinión de Hamm, Barcelona no tiene suficiente vigor de mercado para que funcionen medianamente bien todas las galerías de arte contemporáneo. 'No pienso retirarme, pero tendré que replantearme la manera de realizar mi trabajo. Lo que es seguro es que no se puede continuar eternamente con el esfuerzo de traer artistas de interés para que luego apenas pase nada'. Toni Berini también se encuentra con una mano en el cerrojo. 'Aún no tengo nada firmado para que pueda cerrar la galería. Pero está claro que no haré más exposiciones. Si tras el verano no he concretado ningún acuerdo, seguiré con la misma exposición'. Berini se dedica desde hace unos meses a producir pequeñas tiradas fotográficas. 'De momento esto funciona muy bien y seguiré con ello en un local que tengo frente a la galería. Tener una sala de arte abierta es muy caro. Hay poca gente que baje al Born y es difícil crear interés en los medios de comunicación'. Según Berini, el sector debería de replantearse el futuro. 'Quizá sería el momento de hablar claro, de celebrar un congreso en el que los galeristas y artistas discutamos sobre nuestros problemas. Ahora muchos artistas viven de subvenciones oficiales y de las ventas que hacen en sus propios estudios'.

Pere Soldevila, director de la galería Metropolitana, también ha movido sus fichas. 'Estoy en tratos con un socio para promover lo que hasta ahora me ha resultado muy positivo: asistir a las ferias internacionales'. Soldevila piensa que en Cataluña existe comprador de arte contemporáneo, pero adquiere sus piezas en las ferias de Madrid o Basilea. 'Lo que sí he concretado es un trato con Manel Valls, de la galería Compact Art, que hace pequeño formato. Organizaremos exposiciones conjuntas'.

La galerista Alicia Ventura ha optado también por ampliar horizontes para hacer frente a la crisis. Ayer mismo firmó un convenio de asociación con la galería Pecado Mirarte de Valencia. 'Barcelona está especialmente mal, por eso trato de que el esfuerzo de montar una exposición pueda ser rentabilizado en otra ciudad'. Para Ventura, en Barcelona no se crea nuevo mercado. 'Y los que compran desde siempre ya tienen de todo. Ha habido saturación en estos años de bonanza'.

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