_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Contra la ley

Procuro estar siempre dentro de la ley. Para un español es difícil, porque el cuerpo legal es casi infinito, no se sabe cuáles están abolidas o modificadas. Hasta con Franco vivía dentro de su ley: pero como me parecía falsa, canallesca, cruel, conspiraba contra ella. Mal: soy muy mal conspirador porque tiendo a la transparencia. En este Estado de derecho del posfranquismo cumplo porque sé que tengo que cumplir, pero no me privo del derecho de estar en contra. Dicen que eso es lo democrático, pero no lo creo: la neodemocracia o posfranquismo se ha atrincherado de tal forma que ya no basta descubrir todo lo ilegal que hay dentro de la ley: ellos siguen. La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal: 'Para que un delincuente no vuelva a delinquir mientras está a la espera de sentencia firme hay que revisar el sistema de libertad provisional'. ¿Cómo saben que es un delincuente si no hay sentencia? ¿Y la suposición de inocencia? Supongamos que redacto yo ese principio: 'Para que un inocente no pase largo tiempo en prisión preventiva, hay que extender la libertad provisional'.

La diferencia entre estos dos criterios no es, claro, una cosa entre Aznar y yo, sino entre dos principios políticos opuestos. Entre un concepto psicológico autoritario y otro libertario. Comúnmente se dice entre derecha e izquierda; pero ya no estoy seguro de la izquierda.

Cambiará tambien el Código Penal: 'Para impedir que se pueda acceder al tercer grado desde el primer día de condena. En penas superiores a cinco años se exigirá al menos la mitad de la condena; ampliar la duración de la prohibición al agresor de acercarse a la víctima de violencia doméstica; castigar más la reincidencia'. Y las nuevas leyes de inmigración: porque al extranjero hay que tratarlo peor que al español. Y más después del robo del islote. De esta forma, las cárceles españolas están hacinadas. Hay más presos que en cualquier otro país de la CE, según estadísticas, y supongo yo que la dirección general de asuntos penales está fuera de la ley por este hacinamiento y por la creación de delincuentes -al menos, de la droga-; y por la prisión preventiva al inocente.

No parece, en cambio, que sea el país con mayor delincuencia, a no ser por delitos que en otros países no lo son. Pero eso complace a la nueva clase aznárida, a la burguesía que ganó la transición y ha ido ganando más con el paso del tiempo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_