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EE UU se queda solo en su intento de apartar del poder a Arafat

Las discrepancias sobre la relevancia política del líder de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, quedaron ayer de manifiesto durante la reunión que el llamado cuarteto, una fórmula diplomática que incluye a Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU, celebró ayer en Nueva York para tratar de sintonizar sus ideas sobre la crisis en Oriente Próximo. El cuarteto respaldó el plan de reforma propuesto por la Casa Blanca, pero no propuso ninguna medida concreta para aplicarlo.

Arafat volvió a ser el convidado de piedra. El presidente estadounidense, George W. Bush, no lo mencionó al borrarlo de su mapa político en su discurso del pasado 24 de junio y su nombre tampoco apareció en el comunicado conjunto que, en nombre del cuarteto, leyó el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Pero, durante la conferencia de prensa, todas las preguntas se centraron en el líder palestino.

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Salvo el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, todos los miembros del cuarteto, que son cinco: el ministro de Exteriores ruso, Ígor Ivánov; Kofi Annan; y dos diplomáticos europeos, el Alto Representante de la Política Exterior Común, Javier Solana, y el jefe de la diplomacia danesa, Per Stig Möller, expresaron su intención de negociar con Arafat hasta que las urnas decidan lo contrario.

'No nos hemos centrado en la suerte de un individuo, sino en las necesidades de un pueblo', se limitó a decir Powell. No mencionó su propuesta, que los europeos no verían con malos ojos, de otorgar un papel 'simbólico' a Arafat, mientras un hipotético primer ministro tomaría las riendas de los asuntos diarios. Sería una forma de suavizar las posturas tan distantes que en estos momentos dividen a estadounidenses y europeos sobre el futuro de Oriente Próximo.

Objetivos de Bush

El comunicado conjunto, que se redactó estos días y se ultimó durante la mañana para incluir una dura condena al atentado que causó la muerte de ocho israelíes en una carretera de Cisjordania, respalda a grandes rasgos los objetivos del presidente Bush: la necesidad por ambas partes de realizar 'un esfuerzo intensivo en seguridad y reforma' para alcanzar un acuerdo final dentro de tres años que incluya 'dos Estados: Israel y una Palestina viable, independiente y democrática, coexistiendo en paz y seguridad'.

El cuarteto también pidió la retirada de las tropas israelíes a sus posiciones del 28 de septiembre de 2000, cuando empezó la segunda Intifada. Si bien todas las partes coincidieron en dar prioridad a la seguridad de Israel, el ministro danés discrepó de Powell al asegurar que los temas políticos y humanitarios de la población palestina debían abordarse paralelamente.

El resultado más concreto fue confirmar la misión del 'grupo de trabajo sobre la reforma', que deberá proponer medidas concretas para 'implementar un plan de reformas' de la Autoridad Palestina.

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