Rubio critica que ocho centros de salud cuesten 4 veces más que en 2001
El portavoz socialista del Ayuntamiento de Valencia, Rafael Rubio, denunció ayer que aún hay 150.000 vecinos de la ciudad que carecen de un centro de salud al que acudir -se han de conformar con ambulatorios- y que existen centros prespuestados desde hace años, algunos desde 1998, cuya construcción permanece congelada y cuyo precio en los presupuestos se ha disparado. Acompañado por el diputado de las Cortes Valencianas José Camarasa y la concejal Carmen Estellés, Rubio destacó el caso de los centros de Campanar, el auxiliar de La Torre, el previsto para la calle de Arquitecto Tolsá y el del barrio de San Isidro, que se arrastran desde los presupuestos de 1999 y cuyo precio desde entonces se ha multiplicado por cuatro, de 1,98 millones de euros a un total de 8,3 millones. No son los únicos. El de Natzaret ha pasado en un año -de 2001 a 2202- de estar presupuestado en 0,6 millones de euros a 3,5 millones; el centro que se situará entre las calles de Padre Majón y Guillem de Castro ha crecido de 0,84 millones de euros a 3,1 millones; el de Benicalap de 0,54 a 3,8 y el de Malvarrosa de 1,8 a 3,8 millones de euros. En total el precio de estos ocho centros se ha multiplicado por 3,8.
Rubio y Camarasa subrayaron que el problema no es sólo el retraso y el encarecimiento, sino que su construcción esté parada. Para demostrarlo se desplazaron al solar donde ha de edificarse el centro de Natzaret, en el que sólo hay un cartel alusivo a la obra pese a haberse colocado la primera piedra. Rubio defendió la salud como 'un derecho básico' que aún no se ha materializado plenamente por el retraso en la extensión del modelo de centros de salud, algo que achacó a la falta de voluntad política de la alcaldesa, Rita Barberá, 'tras 11 años de gobierno municipal' y al Consell popular, 'después de 7 años de gestión al frente de la Generalitat'.
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