Pla considera 'un desprecio a la voluntad popular' la renuncia a la presidencia de la Generalitat

Desprecio, huidas y excusas de mal pagador fueron los términos que reiteró Joan Ignasi Pla, secretario general del PSPV y candidato a la presidencia de la Generalitat, para calificar la renuncia de Eduardo Zaplana a la presidencia de la Generalitat para asumir un ministerio en el Gobierno de José María Aznar. Un nutrido grupo de dirigentes socialistas se dieron cita ayer en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia para celebrar en familia el vigésimo aniversario del Estatuto de Autonomía y la consolidación del autogobierno en la Comunidad Valenciana. La ocasión perfecta para arremeter contra el ex presidente de la Generalitat por tirar por la borda 'las expectativas e ilusiones' de los ciudadanos que le encomendaron la más alta representación del pueblo valenciano, en palabras de Joan Lerma.

Pla siguió el mismo guión. '¿Os imaginais a un catalán o a un vasco, o a un socialista andaluz o valenciano tirando por la borda los sentimientos colectivos de su pueblo?', se preguntó Pla. 'No se puede despreciar la voluntad popular', siguió, 'los votantes le eligieron como representante durante un plazo determinado'. A partir del axioma 'la paraula és l'home', Pla afirmó que jamás renunciará a su mandato si alguna vez llega a la Generalitat.

Y siguió la carga: 'El presidente intenta justificar que se va para no prolongarse en el cargo, una excusa de mal pagador'. El candidato socialista sugirió que Zaplana 'huye a Madrid para no tener que presentar el balance de su gestión'. Y ofreció su propia versión de la situación: arcas vacías y delicada situación económica de la Generalitat; infraestructuras básicas pendientes salvo la A-III, 'en la que apenas faltaban unos kilómetros cuando llegó al cargo'; profundo déficit democrático; menosprecio de la vida parlamentaria; falta de la transparencia en las empresas públicas; exceso de altos cargos; dinero malgastado en asesores y campañas de publicidad y un largo etcétera. 'El PP ha sometido a la sociedad civil, que debía ser protagonista, y ha sembrado el miedo entre la gente de este país', concluyó.

Como contrapartida ofreció la constitución de comités de participación ciudadana para pactar las iniciativas políticas con el pueblo y la solvencia del partido que impulsó la elaboración del Estatuto de Autonomía contra los embates de una derecha empeñada en alimentar la discordia y falsos enfrentamientos entre los valencianos.

Pla sugirió que Zaplana había optado por resolver 'un problema de partido a costa de los intereses de un pueblo' al abandonar la Generalitat para incorporarse al Gobierno y puso en evidencia la confusa situación que atraviesa ahora el PP, sin una dirección clara.

El candidato socialista se presentó como único garante de la 'segunda gran transformación' que requiere la Comunidad Valenciana como representante de un partido en el que 'se ha asentado el federalismo'.

La posible reforma pendiente del Estatuto de Autonomía fue citada con una de las cuentas que deja pendiente Zaplana en la Comunidad Valenciana. Joan Lerma, que precedió a Pla en el uso de la palabra, asumió las críticas a la redacción vigente del Estatuto de Autonomía, pero recordó que fue aprobado con el apoyo del 80% de las Cortes Valencianas porque los socialistas renunciaron a las aspiraciones de muchos progresistas en favor del consenso. Subrayó la utilidad demostrada por el texto durante las dos pasadas décadas pero apuntó que 'ni el Estatuto de Autonomía ni la Constitución son inamovibles'.

Aunque aconsejó una renuncia estratégica a la revisión del texto básico del autogobierno mientras la derecha mantenga el poder tanto en la Generalitat como en el Gobierno central. 'La reforma del Estatuto de Autonomía no puede ser unilateral', comentó el ex presidente socialista, 'y ahora que gobierna una derecha reaccionaria tal vez no sea el momento'.