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CRISIS EMPRESARIALES

Los escándalos y la falta de confianza alimentan un nuevo derrumbe de las bolsas

Wall Street reacciona y el Ibex-35 marca su segundo mínimo anual tras caer el 3,22%

Los inversores demostraron ayer que no confían en la Bolsa. La explosión alcista que se vivió el viernes pasado se ha consumido tras tres jornadas consecutivas de pérdidas empujada por las caídas de los principales valores. Los escándalos empresariales, las recomendaciones negativas de las agencias de calificación y los datos macroeconómicos han impulsado a los inversores a buscar refugio en otros mercados más seguros como los bonos. El Ibex 35 se anotó la tercera mayor caída del año con un 3,22%, mientras que el índice de la Bolsa de Madrid fijó un nuevo mínimo anual al perder el 3,15%.

En la jornada de ayer, las ventas presionaron con fuerza desde el primer momento, empujadas por las caídas de Wall Street el pasado miércoles en la que el índice Nasdaq se colocó en los niveles de 1997. Ayer, Nueva York comenzó en la misma línea, con bajadas superiores al 2% y, aunque luego remontó (sólo perdió el 0,14%, mientras el Nasdaq recuperó 2,11%), ya era tarde para la reacción de las bolsas europeas.

Una de las más castigadas fue la Bolsa de Madrid cuyo índice general finalizó con un descenso del 3,15%, marcando un mínimo del año en 694,67 puntos, mientras que el Ibex 35 retrocedió el 3,22% y se anotó la tercera mayor caída del ejercicio y marcando el segundo mínimo anual, tras el que se fijó el pasado 3 de julio.

En el resto de las plazas europeas París perdió el 3,95%, Londres lo hizo en un 4,30% y Francfort, beneficiada por su cierre más tardío, logró finalizar en unos niveles más moderados con un descenso del 1,71%

La aparición de un nuevo escándalo empresarial, la de la farmacéutica Bristol Myers, bastó para acrecentar el nerviosismo entre los inversores que no dudaron en vender a cualquier precio.

Lo que parece claro es que el ansiado discurso de Bush en Wall Street, con su advertencia de que redoblará las sanciones penales para los ejecutivos que malversen fondos en sus empresas, no ha bastado para calmar los ánimos. Pero esas palabras han sido contrarrestadas por la fuerza de los hechos y las acusaciones como la demanda presentada contra el vicepresidente Dick Cheney por su gestión en la empresa Halliburton, que pone en duda la credibilidad del discurso de Bush.

La guinda a ese clima de histeria más propio de una casa de subastas que de un mercado como el bursátil, que mueve billones de euros al día, fue la rebaja de la recomendación de Merrill Lynch sobre Yahoo!. El caso del portal de Internet es sintomático del nerviosismo que se está viviendo. El portal anunció que obtuvo un beneficio neto de 21,4 millones de dólares en el segundo trimestre frente a la pérdida neta de 48,5 millones registrada en el mismo periodo del año anterior. Este es el primer beneficio del grupo tras seis trimestres con pérdidas debido a la diversificación de sus recursos y a la caída de los ingresos por publicidad.

Yahoo! anunció ayer su retorno a los beneficios en el segundo trimestre y mejoró sus previsiones para completar el ejercicio. Pese a las buenas noticias, Merrill Lynch estimó que el nivel actual de la acción de Yahoo está 'próxima a la perfección' y que serán necesarios varios trimestres sin contratiempos para justificar el ratio entre el precio del título y el resultado. Bastó esta advertencia para que los títulos de Yahoo! se desplomaran a media sesión más de un 6%, hasta 11,38 dólares, en el índice tecnológico Nasdaq.

Con este ambiente de inseguridad extrema en la renta variable, gran parte del dinero está buscando refugio a marchas forzadas en la renta fija. Prueba de esa huida fue la caída de la rentabilidad de los bonos a diez años, que se situó ayer en el 5,08% frente al 5,14% del día anterior, debido a la presión compradora que hizo revalorizar los títulos.

Y es que en España, las tres jornadas seguidas de descensos han conseguido acabar de un plumazo con la mayor parte de las subidas que experimentaron los títulos más importantes en la jornada del pasado viernes, en el que el Ibex 35 subió un 5,86%. Las caídas fueron generalizadas y, de hecho, 16 de los 35 valores del Ibex registraron descensos superiores al 4%. Incluso los valores más seguros como las constructoras Dragados, FCC y Ferrovial, sufrieron fuertes caídas.

Los bancos BBVA y SCH cayeron un 4,01% y un 2,48%, respectivamente; Telefónica perdió un 2,88% y Endesa cayó un 3,15%. Repsol YPF se vio penalizada por la advertencia de Standard&Poor's de rebajar nuevamente su rating debido a la incertidumbre que planea sobre la economía argentina, y retrocedió, un 3,45%. Solamente Iberia conseguía alcanzar el terreno de las ganancias, avanzando un 3,53%.

En Europa, los valores más castigados fueron los del sector financiero como ABN Amro, ING, Axa y Fortis, que se desplomaron más del 6,5%.

Máximos perdidos

Con este panorama tan poco alentador, los analistas apuestan por que continúe la huida generalizada de la Bolsa, al menos hasta que pasen las vacaciones. No es de extrañar si se mira hacia atrás. En el primer trimestre de 2000, se producían la mayor parte de los máximos históricos de los principales valores.

El comportamiento de los valores resulta desolador: el valor de las acciones de Deutsche Telekom se ha dividido por diez; las del fabricante Alcatel, valen hoy veinte veces menos que en septiembre de 2000; y las de Telefónica han pasado de los 31,3 a los 8,42 euros.

Para consuelo de los más optimistas, quedan los desastres aún mayores de empresas como la operadora estadounidense de telefonía WorldCom, cuyas acciones han pasado de 61 dólares a no valer ni siquiera 20 centavos.

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