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LA MAYOR CRISIS DE GOBIERNO DE AZNAR

Aznar encarga a Rajoy como prioridad la coordinación 'día a día' del Gobierno

El Ministerio de Presidencia contará con una Secretaría de Estado de Comunicación

Luis R. Aizpeolea

José María Aznar ha encargado como prioridad al vicepresidente primero y recuperado ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy, la 'coordinación diaria' del área política del Gobierno. Aznar quiere cubrir la ausencia de coordinación de los ministerios políticos en el año y medio que Rajoy ocupó la cartera de Interior y que trajo como consecuencia que en temas delicados se manifestaran posiciones contradictorias en el Gabinete. Con la cartera de Portavoz añadida que asume Rajoy, Aznar cuenta con la autoridad interna de su número dos para unificar los mensajes y que su voz se imponga sobre las demás.

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Rajoy seguirá, por mandato expreso de Aznar, el día a día de los ministerios de Defensa, Interior, Justicia, Exteriores y Administraciones Públicas y recuperará, con ello, la función que ejerció desde el inicio de la segunda legislatura, en mayo de 2000, hasta marzo de 2001 y que resultó eficaz para afrontar crisis inesperadas para el Gobierno como la de las vacas locas.

Aznar, en la fase final de su mandato, necesita un equipo cohesionado en su retaguardia para afrontar una etapa en la que quiere dejar una huella política con la conclusión de sus reformas y una presencia exterior notable. Para ello necesita la unificación de mensajes. Y en esa tesitura quiere evitar errores garrafales como la historia apócrifa del viaje de Felipe González a Marruecos, que implicó en una cadena de contradicciones, y finalmente de engaños, a Exteriores y al Ministerio del Portavoz. Precisamente, este acontecimiento ha sido uno de los que han contribuido a la salida del Gobierno de Pío Cabanillas en esta crisis, según el entorno de La Moncloa.

La primera vez que se puso de relieve la falta de coordinación gubernamental fue a cuenta de la crisis del aceite de orujo, al poco del nombramiento de Juan José Lucas como ministro de la Presidencia, en julio de 2001, en sustitución de Rajoy. Las contradicciones entre Sanidad y Agricultura a la hora de explicar una crisis tan seria, al afectar a la salud pública, supusieron un aldabonazo para Aznar.

Y esa tarea de apagafuegos le ha correspondido nuevamente a Rajoy que, con este mandato, encabeza el récord de cambios ministeriales. Hasta cinco: Administraciones Públicas, Educación y Cultura, Presidencia, Interior y regreso a Presidencia más Portavoz. Con la particularidad de que las tres últimas carteras las ha compaginado con el rango de vicepresidente.

La desaparición del Ministerio del Portavoz con tal rango y su fusión con el Ministerio de Presidencia obliga a Rajoy a una reestructuración del área. En medios del entorno del vicepresidente primero se asegura que la portavocía, que ejercerá Rajoy, tendrá el apoyo de una Secretaría de Estado de la Comunicación. Presidencia mantendrá también la Secretaría de Relaciones con las Cortes y todo apunta a que continuará en el cargo Jorge Fernández, que ya lo ejerció con Rajoy en el primer tramo de la legislatura. Con ello, Rajoy vuelve al organigrama de la segunda parte de la primera legislatura en que el entonces ministro de Industria, Josep Piqué, ejerció como portavoz del Gobierno y se apoyó en una Secretaría de Estado de Comunicación, que ejerció Pedro Antonio Martín Marín.

Ayer, en el relevo de Lucas y Cabanillas por Rajoy, en la galería de retratos de La Moncloa, el recuperado ministro de la Presidencia utilizó toda su diplomacía para pasar de puntillas por la gestión de sus antecesores. Limitó extraordinariamente sus pronunciamientos políticos y dedicó su breve discurso a pasar vaselina a los ministros salientes. A Cabanillas, muy parco en su intervención en la que dijo que había pasado por la 'etapa profesional más bonita de su vida', le respondió Rajoy con un recuerdo cálido a la figura de su padre, Pío Cabanillas Gallas.

Recordó la admiración que sentía por él, que le 'aguantaba' en unas cenas que organizaba en una tasca madrileña cuando él contaba con 27 ó 28 años. Al sustituir a su hijo añadió que le resultaba 'difícil explicar qué sensaciones puede tener uno' y destacó que convivirán en la misma galería los retratos de Pío Cabanillas padre y el del hijo.

Al ex ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, que estuvo muy retórico en su discurso de despedida y que lamentó la escasa duración de su etapa como ministro, 16 meses, le tomó la palabra al recordar, como había dicho previamente el ex ministro, que no es la primera vez que se sustituyen ambos. Además de hacerlo hace años en la secretaría general, Rajoy recordó que fue Lucas quien le sustituyó hace un año en el Ministerio de la Presidencia. 'Aquí no existe el adiós, es sólo un hasta luego' había advertido Lucas antes de que Rajoy le recordara que iba a presidir el Senado.

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