Cuatro testigos desmontan la coartada de la acusada del asesinato de Álora
Los amigos de García dicen que no la vieron el día del crimen
Cuatro de los seis testigos propuestos por la defensa de Ana Gema García para corroborar su versión de que en el momento del asesinato de Ana Elena Lorente, en la madrugada del 10 de septiembre de 2000, ella estaba en una discoteca de Málaga y no en Álora, aseguraron ayer que no la vieron la noche del asesinato, y que a Málaga habían ido la noche anterior. García es una de las tres personas acusadas del crimen.
Las declaraciones de los testigos propuestos por la defensa de García en el juicio que se celebra en la Audiencia de Málaga por la violación y asesinato de Ana Elena Lorente fueron bastante contradictorias.
García, de 20 años, declaró ante el tribunal que la noche de los hechos estuvo en la romería de la Virgen de las Flores de Álora hasta pasadas las cinco de la mañana, y que de allí se marchó con unos amigos a una discoteca de Málaga, donde permaneció hasta pasadas las 8.30 de la mañana.
Los tres amigos que, según García, estuvieron con ella en la discoteca de Málaga, situaron aquella salida en la noche del viernes 8 al sábado 9 de septiembre, justo la anterior al asesinato de Lorente, y manifestaron que la noche siguiente no la vieron en ningún momento. Pero no fueron las únicas contradicciones. También declararon ayer dos hermanos adolescentes, chico y chica, a los que García dijo haber acompañado a casa desde el lugar de la romería la noche del sábado a las 5.30, una hora antes del crimen, y la abuela de éstos, en cuya casa paraban. La abuela y la muchacha confirmaron que Ana Gema les había acompañado a casa esa noche, pero el chico situó la escena el viernes, igual que los otros tres testigos.
Por la tarde comenzaron a declarar los 18 guardias civiles que participaron en la investigación. Los agentes que localizaron el cadáver de Ana Elena Lorente el 12 de septiembre, dos días después del asesinato, manifestaron que la ausencia de rastros de lucha hacía 'imposible' pensar que una sola persona pudiera haber cometido el crimen -el único que por ahora ha reconocido su participación en los hechos es Agustín Cortés, alias Cartucho, quien niega haber acabado con la vida de la chica-.
Los agentes destacaron que Lorente era una persona 'alta y fuerte' a la que hubiera sido difícil arrastrar por la fuerza hasta el cañaveral donde apareció su cuerpo, a más de dos kilómetros del lugar donde se celebraba la romería. 'Por eso a lo largo de la investigación empezamos a manejar la hipótesis de que tenía que haber participado en el crimen una persona con la que ella tuviera algún tipo de confianza, y ahí apareció Ana Gema, que la conocía desde la infancia porque vivía en la misma calle que su abuela', explicó uno de los investigadores.
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