14 familias llevan siete días esperando los pisos que el Ivima les prometió

Catorce familias del barrio de Canillas, en Hortaleza, viven rodeadas de cajas preparadas para una mudanza que no llega. El Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), de la Comunidad, prometió que el 1 de julio les entregaría sus nuevos pisos sociales de alquiler y derribaría los que ahora habitan, pequeños, viejos y con humedades. Pero el compromiso no se ha cumplido, según admite el Ivima. Y lo peor es que no hay fijada una nueva fecha para el traslado.

Portavoces del Ivima explican que el retraso se debe a que 'han surgido problemas burocráticos' al solicitar al Canal de Isabel II que dé suministro de agua a las viviendas. 'Confiábamos en obtener antes la autorización, pero no ha sido posible. En cuanto tengamos todo en regla entregaremos las llaves, pero no podemos dar fechas', añaden.

La indignación ha cundido entre los afectados, la mayoría jubilados, porque el Ivima no les ha avisado del retraso y temen que la espera vaya para largo. Cada día ven sus futuros pisos, unos adosados de 70 metros, mientras siguen en sus viejas casas bajas de 35 metros, levantadas hace medio siglo por la Obra Sindical del Hogar (con rentas de menos de un euro al mes y opción de compra en 50 años).

Faustina Herráez, de 73 años, mira y remira el contrato de arrendamiento que firmó en junio con el Ivima: 'No entiendo nada, hemos pagado los 36 euros correspondientes a la primera renta de la nueva casa y una fianza de dos meses, y hemos suscrito un seguro contra incendios, pero las llaves no nos las dan', dice.

Además, ahora viven sitiados por las obras. Todo el barrio está inmerso en un plan de remodelación y las casas quedan a menos de dos metros de distancia de uno de los tajos. A comienzos de año una viga de un edificio en construcción se empotró contra una de sus viviendas.

En 1986, Canillas fue incluido entre los barrios en remodelación por el mal estado de sus edificios. El Gobierno regional, entonces del PSOE, se comprometió a realojar a sus 528 familias en casas de alquiler con opción a compra. Pero, quince años después, sólo 188 viven ya en los pisos prometidos.