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El consejo francés antidopaje desvela dos positivos en Roland Garros

A un jugador se le encontraron muestras de lidocaína y a una jugadora, de estimulantes

Dos casos de dopaje en el torneo de Roland Garros, disputado entre los pasados meses de mayo y junio, fueron denunciados ayer por el Consejo de Prevención y Lucha contra el Dopaje (CPLD) francés. Aunque no dieron a conocer los nombres de los afectados, ayer se supo que fueron detectadas muestras de lidocaína a un jugador y productos estimulantes a una jugadora. Ninguno de ellos está en los primeros puestos del ránking mundial. Ayer, la Federación Internacional de Tenis (ITF) se quejó de que el consejo francés ha roto el protocolo desvelando estos casos.

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La noticia apareció ayer en el diario francés Le Monde y fue confirmada por el CPLD. La agencia francesa sólo desveló la aparición de los dos casos, sin aportar muchos datos al respecto. Anunció, sin embargo, que los dos tenistas afectados pueden reclamar un contraanálisis.Fuentes implicadas afirmaron ayer que el positivo femenino podría ser consecuencia de un calmante tomado con receta médica y justificado anteriormente. El consejo sólo tiene jurisdicción en Francia, por tanto, cualquier prohibición que imponga tendrá efecto en este territorio.

Tanto la Federación Francesa de Tenis como la Federación Internacional se quejaron ayer de que el CPLD había roto por completo el procedimiento establecido con el Gobierno francés para casos de dopaje en el tenis profesional. 'La ITF se muestra sorprendida', señaló ayer esta entidad en un comunicado, 'de que estos dos casos de positivo en Roland Garros 2002 hayan sido desvelados. Una de las claves fundamentales del programa antidopaje en el tenis es creer en la inocencia de los jugadores hasta que se demuestre su culpabilidad'.

El comunicado especifica que, según el acuerdo firmado con el Gobierno francés, ningún caso de dopaje debe ser hecho público hasta que no se conozca el resultado del segundo análisis. Según el procedimiento establecido, sólo el jugador debe saber el positivo del primer análisis. Y tras el segundo, la ITF debe hacerlo público, tras juzgar el caso, y comunicar las sanciones. 'Desvelar los dos positivos antes de que concluya el proceso nos parece prematuro', agrega la nota.

La ITF comunicó ayer que durante el torneo de Roland Garros se habían efectuado un total de 128 controles antidopaje por sorteo durante la primera semana, y después a todos los jugadores a partir de octavos de final y de cuartos de final en dobles. Sin embargo, fueron análisis de orina en los que no se buscó eritropoietina (EPO). En 2001, la ATP realizó 800 controles y la WTA 400.

Los dos positivos en Roland Garros aparecen después de que la ITF anunciara un convenio con la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) para fomentar los controles por sorpresa, mejorar los de orina e iniciar los de sangre, a partir de enero del próximo año, para luchar directamente contra el EPO. La ITF invierte anualmente un millón de euros en su programa antidopaje. Un control de orina básico, que detecta sólo esteroides, cuesta unos 150 euros. El control más avanzado, que detecta EPO y los nuevos productos dopantes en la sangre incluido el NESP, cuesta 500 euros.

Desde que se implantaron los controles antidopaje en el tenis hace siete años, sólo se han producido nueve casos positivos -incluyendo los dos de Roland Garros- de más de un total de 8.000 análisis realizados.

Los siete casos anteriores fueron: el sueco Mats Wilander y el checo Karel Novacek, en 1995 en Roland Garros por cocaína; el español Ignacio Truyol, en 1997 en Ostende por esteroides anabolizantes; el checo Petr Korda, en 1998 en Wimbledon por nandrolona; la jugadora letona Larisa Neiland, en 1999 en el Open de Australia por cafeína; y los argentinos Guillermo Coria y Juan Ignacio Chela en 2000; el primero dio positivo por nandrolona detectado en el Trofeo Godó, y el segundo, por esteroides anabolizantes en Cincinnati.

La sanción más importante implantada hasta el momento fue el año que se le impuso a Truyol. Coria estuvo sólo dos meses parado, al entender que su positivo se había debido a sustancias introducidas fraudulentamente en los productos energéticos que tomó. Y Chela estuvo tres. La sanciones que puede aplicar la ITF van de tres meses a dos años de suspensión.

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