Estrategas
Hace días Alfredo Sánchez Monteseirín presentó el documento final del llamado Plan Estratégico Sevilla 2010, artificio institucional presidido por él mismo y concebido y dirigido en su primera etapa por el concejal Carrillo, hoy dedicado a tareas más ociosas en Isla Mágica. Con ese papel se resumen dos años de trabajo de una serie de sevillanos dedicados a proyectar el futuro de esta ciudad. Según he podido leer en su resumen, el porvenir de la capital hispalense está ligado a los siguientes grandes objetivos (cito literalmente): 'Guadalquivir, río de la Tecnología y la Cultura; Sevilla, Centro Logístico del Atlántico y del Mediterráneo; Ciudad de la Innovación y la Economía del Conocimiento. Sevilla un Distrito financiero del Mediterráneo; Ciudad Aeronáutica del Sur de Europa; Sevilla, Factoría Cultural.' Y, como eje vertebrador de todo el diseño, esta perla: 'Sevilla, Nodo de Creatividad y Convivencia'. ¿Son necesarios estos inventos? ¿Son prácticos este tipo de discursos grandilocuentes y tan codiciosos que pueden perder precisamente por ello su credibilidad? Es útil y necesario que los dirigentes de una ciudad proyecten unos modelos de actuación con cierta perspectiva de años pero creo que, a la vez, tienen que ser justos y consecuentes con la realidad de su territorio y de sus posibilidades. Soñar no cuesta dinero al sujeto porque, al final, paga el vecino.
A Sevilla si le hace falta algo es un baño de realismo y una ducha fría que le haga atender prioritariamente lo menudo y lo pequeño. Mientras los cerebros estratégicos diseñaban esos lemas que se parecen a los cantos de las sirenas, otras cabezas dirigentes habían inventado antes un plan de financiación japonés cuyos intereses han doblado la deuda de la ciudad. Hoy mismo se acuerda otro ambicioso proyecto como es el del Metro del que no sospechamos todavía lo que le costará a los contribuyentes. Podremos ser una Megalópolis del Sur de Europa pero la economía sumergida y el trapicheo siguen imponiendo su ley. Seguro que el mejor plan estratégico para Sevilla sería dar a leer a todos sus habitantes las páginas cervantinas que hablan de esta ciudad situada desde tiempo inmemorial entre Sierra Morena y Sanlúcar.
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