Se crea un conflicto de intereses, dicen los clubes

Los clubes de baloncesto observan con recelo la salomónica decisión adoptada ayer por la Federación Española, el Real Madrid y Javier Imbroda. La convocatoria de los jugadores para la selección se ha convertido, a veces, en fuente de conflictos y susceptibilidades. El hecho de que el mismo técnico dirija a la selección y a un club puede agudizar esos recelos. Antonio Maceiras, secretario general del Barcelona de baloncesto, resumió ayer la opinión compartida con otros clubes. 'Me parece que se produce un evidente conflicto de intereses', manifestó Maceiras.

José Luis Sáez, sin embargo, opina que la selección 'está por encima de esas menudencias' y que el propio Imbroda ha demostrado su honradez descartando para el Mundial a algunos jugadores que están en la órbita de la selección y que tienen el mismo representante que él. Sáez también argumenta que en la época en que el seleccionador era Lolo Sainz, el propio Imbroda y Gustavo Aranzana, ejercieron de segundo y tercer técnicos de la selección al mismo tiempo que dirigían al Caja San Fernando y al Fórum respectivamente.

El precedente más inmediato está en el balonmano. En 1993, y también a pesar de la oposición de los clubes, Valero Rivera fue nombrado seleccionador a la vez que mantenía su cargo de entrenador del Barcelona. España fue quinta en el Mundial y Valero Rivera dejó el cargo de seleccionador por divergencias con el presidente de la federación española de balonmano. En octubre de 2000, la federación volvió a intentar que Valero Rivera se hiciera cargo de la selección pero esta vez fue el propio Barcelona el que se negó en redondo a permitir que su técnico también fuera seleccionador. 'La exigencia que precisa el cargo de entrenador del Barcelona no permite compaginarlo con otro tan trascendental como el de selecciondor', justificó el entonces responsable de la sección de balonmano del Barça, Francesc Catot.