'Hay que recuperar la distinción'
'Fíjese en esto: 38 llamadas tengo perdidas en el móvil. Todas en las últimas dos horas. Y esto no ha hecho más que empezar'. Javier Imbroda, de 41 años, natural de Melilla, vive tiempos frenéticos. No ha parado desde que llegara el jueves a Madrid para decir sí a la oferta del equipo blanco, que contaba con la bendición de la federación. Una oferta que le va a llevar a sustituir a Sergio Scariolo al frente del equipo, tarea que compaginará, al menos hasta el Mundial de Indianápolis, con la dirección técnica de la selección, un reto que califica de 'apasionante' pero que, sin embargo, comienza a criticarse desde varios frentes.
Pregunta. Selección y Real Madrid, todo de golpe. ¿Se puede llegar más alto?
Pensar que va a haber un conflicto de intereses es perverso, propio de mentes retorcidas
Herreros es el primer fichaje y así se lo he comunicado. Le queda mucho baloncesto dentro
Respuesta. ¡Uf!, no lo sé. ¿Sabe lo que pasa? Cuando yo empecé a entrenar mi sueño era jugar con mi equipo contra el Madrid y el Barcelona. Sentarme en el banquillo contrario, compitiendo contra ellos. Lo conseguí con 26 años. Entonces aprendí que era absurdo ponerme límites. De pronto me veo en el año 95 en la selección, ayudando a Lolo [Sainz], y en 2000 soy seleccionador. Y ahora, como quien dice en tres días, entrenador del Madrid y de la selección. Es fuerte, sí.
P. Tan fuerte que no todos creen que sea capaz.
R. Durante cinco años he compartido club y selección. Tengo experiencia de sobra. Hay quien me ha dicho: 'Pero, Javier, esto es el Madrid'. Y yo digo: un momento. Tengo el mismo respeto al Madrid que al más modesto de los clubes que haya entrenado.
P. Entra usted en una sección que daría mucho juego en una crónica de sucesos.
R. Algo he oído, sí. [Se ríe]. Cuando me llama el Madrid me cuentan una situación de la que yo había sido espectador. Han tenido un año difícil, pero no voy a entrar en las causas. Yo a Sergio [Scariolo] le considero muy capaz y tengo con él una magnífica relación. Pero quizá la dualidad de cargos que tenía deterioró la situación. No lo sé con seguridad. Como espectador he visto lo que ha visto todo el mundo.
P. ¿Y nunca pensó: madre mía, dónde me estoy metiendo?
R. ¡Ah!, pues claro que sí. Como seleccionador tienes una actividad de mucha responsabilidad, pero muy limitada, con mucho tiempo de calma. Y de pronto te ves con una tensión permanente, con la dimensión y la exigencia histórica que tiene el Madrid.
P. ¿Y le parece fácil compaginar ambas tareas?
R. No. Me parece complicado. Pero si los jugadores comparten club y selección, ¿por qué no los entrenadores?
P. Ya hay voces que hablan de un conflicto de intereses...
R. Mire: la vida la deben desarrollar mentes normales, no retorcidadas. Procuro escuchar sólo a las mentes normales.
P. Podría usted agarrarse a que en Yugoslavia y en Estados Unidos se da esa situación.
R. Por supuesto. Incluso decir que luego son ellos quienes ganan los Mundiales. Pero no lo voy a hacer. Yo pregunto: ¿Por qué no puede pasar esto? ¿Qué conflicto puede existir? ¿La convocatoria de jugadores? Vale. Ese es el único. Y está resuelto. En la federación hay un Comité Técnico que forman Angel Palmi, Lolo Sainz y el seleccionador. Ese Comité decide. Y allí se consensúan las convocatorias. No se si esto alivirá a esas mentes retorcidas, pero al menos debería menguar su cólera.
P. Quizá el riesgo que ven es que convoque a seis jugadores de un equipo rival para desgastarles.
R. Pues lo primero sería encontrar un equipo donde jueguen seis españoles. Y está complicado. Vamos a hablar claro: la gente que piensa así lo hace porque alguna vez ha tenido una experiencia así...
P. ¿Qué quiere decir?
R. Que no entiendo que se piense con ese grado de perversión. ¿Por qué lo hacen? Pues porque ellos habrán actuado de esa manera. La perversión de la que hablo es pensar que al ser uno seleccionador puedas usar el puesto para llevarte jugadores a tu club. Que presiones de alguna manera: 'Fulanito, te llevo a la selección si te vienes a mi club'. Sería una especie de abuso de poder. Como eso que hacen algunos jueces que dictan sentencias que saben que son injustas...
P. ¿Prevaricación?
R. Eso es. La sentencia sería la lista de convocados, que yo no lleve a los mejores y lo haga a propósito, para abusar de mi poder. Esas quejas no han salido de ningún club pequeño, sino de algún grande. Será que ya saben lo que es abusar de su poder.
P. En el Barça se han quejado.
R. Me permitirá que no diga nombres.
P. ¿Ha hablado con Lolo Sainz?
R. Todavía no. Es una de las llamadas que tengo pendientes, y quizá sea suya una de estas 38... bueno, veo que ya son 39, que tengo perdidas. Tengo que hablar con él como con otras personas que lo han sido todo en el Madrid, como Pedro Ferrándiz o Clifford Luyk.
P. De momento, lo único seguro es que usted compaginará ambos puestos hasta el Mundial. ¿Y después?
R. Ya veremos. Yo estoy a disposición de la federación. Si después del Mundial creen que debo dirigir los partidos del Preeuropeo, pues encantado.
P. Decía usted que iba a invitar a cenar a Herreros. ¿Lo ha hecho?
R. No, pero he hablado con él y le he dicho que es el primer fichaje del Real Madrid.
P. ¿Está dolido por lo ocurrido?
R. Sí, pero más que dolido, triste, porque él piensa que no ha sido una situación justa.
P. ¿Y usted cree que lo era?
R. No entro en una decisión técnica anterior. Le he dicho a Alberto que se abre una nueva etapa y que cuento con él porque tiene mucho baloncesto que ofrecer.
P. ¿Y el resto de bajas? El club y Scariolo también habían prescindido de Djordjevic, Struelens, Vukcevic, Attruia y Toñín Llorente.
R. Y de Iturbe. Todos son baja excepto éste último, cuyo caso tengo que estudiar.
P. ¿Tendrá libertad para fichar?
R. El club me dice que hay un dinero y de ahí no podemos salir. A ver cómo encajamos las piezas.
P. ¿Se resigna a quedarse sin Raúl López?
R. Sí. Su deseo es irse y sólo nos queda llegar a un acuerdo que no cree traumas y no lesione los intereses del Madrid.
P. Parece necesario que haya un director de la sección.
R. Estamos en ello.
P. Se ha hablado de Djordjevic.
R. Eso he leído y me ha sorprendido. ¿Sasha directivo? ¿Así, de pronto? Qué cosa tan rara.
P. Decía Iturriaga en estas mismas páginas que el reto que tenía usted por delante era tan complicado como apasionante. ¿De acuerdo?
R. Sí, pero es más apasionante que complicado. Fíjese que lo dice Iturriaga, quien conoce esta casa de arriba a abajo. Su opinión es enriquecedora. Sé que este reto es apasionante, complejo, precioso... Si sale mal, pues qué le vamos a hacer. Yo no dramatizo estas cosas. Los dramas están en los hospitales, en África, no en esto.
P. ¿Le ha contado Valdano por qué despidió a Scariolo?
R. Sí. Me ha transmitido el sentir suyo y del presidente.
P. ¿No cree que este club no debe permitirse más fallos en las formas? Lo de Herreros fue, cuanto menos, sonrojante.
R. Cierto. En la vida hay que cuidar las formas. Yo creo que el Madrid, en el fútbol, lo ha conseguido. Y en el baloncesto siempre fue un modelo. Hay que recuperar esa distinción. Todos hemos crecido viendo al Madrid por la tele, con el bocadillo, aquellas Copas de Europa, aquello de 'gancho de Luyk y canasta de Luyk' que decía Héctor Quiroga... Yo me he criado viendo a un Real Madrid admirable, con clase, con categoría. No sé si la ha perdido, pero sí que ha dejado de ser un referente en el baloncesto español. Y hay que volver a serlo.
P. Es de suponer que Camacho le tendrá una envidia tremenda.
R. ¿Por qué?
P. Porque él deja la selección porque quiere entrenar a un club y usted tiene las dos cosas.
R. [Risas] ...Y encima, el equipo es el Madrid.
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