Los primeros rastros terrestres, hallados en Canadá
La investigación de una cantera abandonada en Canadá ha permitido descubrir lo que parecen ser los rastros fósiles más antiguos encontrados hasta ahora de animales terrestres, que medían unos 30 centímetros y eran parecidos a algunos insectos actuales. La caliza de la cantera tiene entre 480 y 500 millones de años y los científicos creen que corresponde a una playa arenosa del antiguo océano, situada justo al norte del lago Ontario, cerca de la localidad de Kingston. Este hallazgo, dicen los científicos, hace retroceder la colonización de la tierra firme unos 40 millones de años y la sitúa al final del periodo cámbrico, cuando los mares empezaron a llenarse de grandes criaturas.
Los rastros se salvaron de la destrucción porque la calidad de la caliza fue considerada insuficiente para su explotación comercial como piedra ornamental, debido precisamente a los rastros que exhibía. El dueño de la cantera guardó algunos de los fragmentos para sí mismo, sin saber todavía lo que significaban, ha explicado Robert B. MacNaughton, director del equipo que ha estudiado los rastros y que ha publicado los resultados en la revista Geology (mayo 2002). Anteriormente las huellas se habían considerado pruebas únicamente de que animales marinos se habían quedado atrapados en charcos sobre dunas de arena tras las tormentas.
Retroceso
En los últimos 10 años, los especialistas que estudian rocas antiguas han hecho retroceder constantemente la época en que los primeros animales marinos abandonaron el océano para vivir en tierra firme. Del período silúrico (que empezó hace unos 440 millones de años) se ha pasado al cámbrico (que comenzó hace unos 544 millones de años y que se caracterizó por océanos cálidos y poco profundos y la aparición de los primeros animales marinos con concha, como los trilobites.
Según los científicos, el nuevo yacimiento canadiense contiene más de 25 rastros, algunos de los cuales son bastante profundos. Cada rastro tiene una zona central dejada por el cuerpo y la cola del animal y dos zonas paralelas a los lados con las huellas de múltiples patas.
Para descartar la idea de que se trataba de animales marinos, los científicos han buscado huellas de zonas inundadas permanentes y no las han encontrado. Los rastros sólo se asocian a zonas secas o húmedas y además su profundidad no se explica si hubieran sido hechos por animales sumergidos, aseguran ahora los científicos.
Las criaturas que produjeron los rastros son desconocidas aunque se sospecha de un animal de largas patas del que se han encontrado muy pocos restos fósiles denominado euticarcinoide. 'Los rastros muestran al menos ocho pares de patas', ha señalado MacNaughton.
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