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Cascos reclama al PP que no se limite la 'competencia digna' entre candidatos o listas

El ministro no se siente aludido por la llamada al orden de Aznar contra las 'familias'

Javier Casqueiro

Francisco Álvarez-Cascos no se siente aludido por la llamada a cerrar filas de José María Aznar. El ministro no le ha escuchado aún al presidente del Gobierno su instrucción para evitar la pugna entre familias y corrientes en el PP. Cascos dice que él no está en esa pelea e insinúa que ese mensaje iba contra quien lo reveló, es decir, Javier Arenas. El ministro sí quiso erigirse ayer, como intentó en el XIV Congreso del PP de enero, en el defensor de unos métodos más abiertos en la elección de todo tipo de candidatos y listas 'con una competencia digna' entre militantes.

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El veterano Cascos no se achanta. Como el lunes no estuvo en los maitines semanales donde Aznar imparte la doctrina política a su grupo de colaboradores de más confianza, ayer no quiso darse por enterado de sus órdenes. Eso sí, el ministro se ufanó de nuevo de ser de los pocos políticos que dicen claramente lo que piensan cuando le preguntan y considera necesaria su intervención. Además, presume de que nunca lo hace desde el anonimato, en contraposición a otros.

Por tanto, cuando ayer se le preguntó si daba por zanjada la polémica en un acto montado por el PP para presumir de la presidencia española de la Unión Europea en el que fue presentado escuetamente por Arenas, Cascos intentó por un lado restar trascendencia al incidente y a sus interpretaciones. Pero remachó que sus posiciones críticas sobre algunos métodos y funcionamientos del PP siguen plenamente vigentes, aunque él entiende que esas divergencias no ponen en cuestión las claves y esencias de la unidad de un partido.

Apelación a la experiencia

En esa línea, Cascos resucitó ayer su capital de experiencia acumulado durante 11 años como secretario general del PP y antecesor precisamente de Arenas para remarcar que él nunca encargó encuestas para determinar o testar nombres de candidatos. Cascos no cree en ese sistema y subrayó ayer mucho que en su época lo que funcionaba era la participación abierta de los militantes en ese proceso de selección previo a la nominación de candidatos. Modelo que quiere preservar para el futuro.

Fue en ese contexto cuando aprovechó para extender esa idea no sólo a la confección de listas municipales sino a todo tipo de procesos de selección de candidatos: 'Sigo pensando que competir por las candidaturas, sean de un Congreso o por unas listas, es un ejercicio noble y digno de la política'. El ministro de Fomento sostiene que esa capacidad de participación de los militantes no se puede ni debe coartar ni ahora ni nunca, lo que fue interpretado como una apuesta personal por evitar la incidencia de las encuestas y también las decisiones muy personalizadas en este tipo de asuntos.

Cascos dejó claro luego que estos planteamientos deben ser válidos no sólo para resolver una candidatura municipal, lo que llevó a derivar que aboga por ampliar la potestad y competencia de los militantes incluso en el proceso para discutir la sucesión de José María Aznar. Esa filosofía, por otra parte, no es nueva, porque ya fue la que impregnó las dos polémicas enmiendas para ampliar las posibilidades de los congresos del partido en la convención nacional del pasado enero.

El ministro reafirmó, en cualquier caso, que su vocación por fomentar el debate y la colaboración de los afiliados en esos procesos no implica que esté a favor de las conspiraciones o confrontaciones o de ningún estilo de estrategia de 'familias casquistas'. Cascos aseguró que él sólo es partidario de promover esa discusión antes de que se tome una decisión y luego, sea ésta la que sea, acatarla disciplinariamente.

Para ironizar sobre los 'interpretadores' y las 'teorías conspiratorias', Cascos quiso recurrir a un ejemplo que se llevó muy preparado al acto del PP. El ministro comentó así que todo el mundo sabía su afición deportiva por el Sporting de Gijón (equipo de Segunda de su localidad) y por la pintura de Goya al igual que era muy conocida la debilidad de Aznar por el Valladolid y el Real Madrid y los lienzos de Velázquez. Cascos concluyó que alguien podría atreverse a interpretar que ambos mantenían una seria discrepancia.

Cascos y Arenas coincidieron ayer en el acto del PP con gran expectación e incluso morbo. El ministro fue recibido con aplausos, como luego ocurrió en mayor medida con Rodrigo Rato, que aprovechó para quitar hierro a la polémica. Arenas y Cascos se saludaron sin efusión. El secretario general del PP se empeñó en no ahondar la crisis y sólo se permitió una leve ironía ante la metáfora pictórica del ministro: 'Todo el mundo sabe que yo soy sevillano y, por tanto, cuál es mi pintor preferido'. Es decir, Velázquez, como Aznar.

Álvarez-Cascos y Arenas, ayer, en un acto del PP.
Álvarez-Cascos y Arenas, ayer, en un acto del PP.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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