'Los agentes literarios tienen cada vez más poder'
Sólo con decir que la editorial de la que es fundadora publica la saga de Harry Potter en el mercado anglosajón, bastaría para presentarla. Pero con 30 años de profesión a sus espaldas, el currículo de Liz Calder (Londres, 1938) es mucho más extenso. Editora de autores como John Irving, Margaret Atwood, Jeffrey Eugenides y Michael Ondaatje, entre muchos otros, y descubridora de Salman Rushdie y Julian Barnes, Calder ejerce de directora de ficción de Bloomsbury, 'una de las dos grandes editoriales independientes que quedan en Gran Bretaña', subraya.
Liz Calder empezó en el mundo de la edición a finales de la década de 1960 redactando informes de las novedades británicas para la industria cinematográfica de Hollywood. Desde entonces ha trabajado en Victor Gollancz y Jonathan Cape, y en 1986 se asoció con tres editores más para fundar Bloomsbury. 'Empezaban los tiempos duros para los editores independientes, muchos de ellos no pudieron sobrevivir y se tuvieron que integrar en grandes grupos, como Jonathan Cape, que ahora es de Random House. Muchas de las viejas editoriales se habían convertido en estructuras rígidas que repetían las mismas fórmulas de siempre y quisimos crear algo más flexible sin convertirnos en un monstruo', dice la editora británica.
'Nos llegó 'Harry Potter' después de que una larga lista de editoriales lo rechazaran'
En estos años, continúa Liz Calder, ha cambiado radicalmente la estructura de la industria editorial, pero lo que considera más importante de su oficio -'la excitación que produce el descubrimiento de un nuevo autor'- permanece inalterable. 'La concentración editorial y la constante movilidad de los editores de un sello a otro ha propiciado el auge de las agencias literarias, que cada vez tienen más poder porque se han convertido en el apoyo más estable con que cuentan los autores. Además, los editores han permitido que los agentes se quedaran con todos los derechos de los libros'. Quizás pensando en el caso Harry Potter -cuyos derechos cinematográficos gestiona la agencia de la escritora escocesa J. K. Rowling-, añade: 'Las editoriales deberían recuperar algo de ese territorio'.
La concentración editorial y la proliferación de los grandes grupos, prosigue Liz Calder, ha provocado aún otro fenómeno: 'Muchos editores se han hecho agentes para poder tratar más directamente con los autores. Es toda una tendencia últimamente'. E ilustra el fenómeno con el caso de Peter Strauss, de Picador (Macmillan): 'Acaba de anunciar que se ha hecho agente. Es algo sorprendente porque es muy buen editor, alguien que se preocupa mucho por sus escritores, y no un negociante. La cuestión es que, para alguien tan creativo como él, se ha vuelto muy difícil trabajar en una atmósfera llena de especialistas en finanzas y ventas. Todo esto no le permitía hacer lo que quería, que era tratar con los autores'.
Quizá Bloomsbury no se haya convertido en un monstruo invadido por especialistas en finanzas, pero lo cierto es que la editorial se fue haciendo grande, según reconoce Liz Calder, compatibilizando exigencia literaria con una agresiva mercadotecnia. A pesar de ello, la publicación del primer libro de Harry Potter les aportó una solidez financiera con la que ni soñaban: 'En los primeros años tuvimos grandes problemas y ahora todo es mucho más fácil. Harry Potter y la piedra filosofal nos fue enviado desde una agencia después de pasar por una larga lista de editores que declinaron publicarlo. Lo leyeron las cuatro personas del departamento de ficción para niños y a los cuatro les encantó. Pero la profesional que empezó la magia, por decirlo de algún modo, fue la encargada de mercadotecnia de esa área, Ros Delahay, que no paraba de hablar del libro y de hincharnos a todos la cabeza con sus historias en torno a él. Ella fue la única en reconocer que ahí había algo muy especial'.
Optimismo y paciencia
En estos momentos, asegura Liz Calder, no puede adelantar cuándo saldrá al mercado la quinta entrega de la saga, Harry Potter & the Order of the Phoenix: 'Ojalá pudiera. Sólo sé que J. K. Rowling está escribiendo y esperamos que llegue el manuscrito cualquier día. Pero es muy difícil para alguien como ella decir cuándo terminará, precisamente porque sabe que hay mucha gente observándola. Es demasiada presión'. No es de extrañar, puesto que la saga ha vendido más de 110 millones de libros en todo el mundo y se ha traducido a más de 40 lenguas.
Liz Calder ha pasado esta semana unos días en Barcelona invitada por el máster de edición de la Universidad Pompeu Fabra. A sus alumnos, dice, les ha expuesto 'las cosas que se necesitan para editar'. A saber, 'optimismo, porque un editor siempre tiene que pensar que lo que tiene entre manos será algo especial. Paciencia. Aprender a creer en el propio instinto, algo que requiere su tiempo. Tener una buena capacidad para el olvido, porque todo el mundo se ha equivocado a la hora de distinguir algo bueno, ha perdido un autor o un libro que quería realmente. Y ser consciente de que un editor sólo ejerce de puente entre el lector y el libro'.
Babelia
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