Mediocridad y amiguismo
Un grupo de militantes del Partido Popular en Granada ha reclamado la celebración de un congreso extraordinario encabezado por un llamamiento a la ética política, ya que considera agotada a la actual dirección provincial, liderada por Juan de Dios Martínez Soriano, al que acusan de practicar la 'mediocridad y el amiguismo'. De ahí a una respuesta inmediata por parte de la ejecutiva regional para zanjar esta crisis con mano dura debe haber poco trecho. Sin embargo, todo hace indicar que no será así. No hay más que ver lo sucedido en Córdoba para comprobar cómo se dirigió un movimiento similar con el tiento suficiente como para que al final los represaliados no fueran los críticos sino aquéllos que eran objetos de sus ataques, en este caso, el ya ex presidente provincial Enrique Bellido y los suyos.
Sorprende, además, la pasividad existente hacia este tipo de corrientes que ponen en peligro la estabilidad de una organización que debe enfrascarse en otros objetivos más prioritarios antes que en perder el tiempo en disquisiciones internas. Máxime cuando el partido se ha dotado de poderosos medios para atajar estas situaciones con la suficiente contundencia, al introducirse en los estatutos, en el último congreso nacional, por iniciativa del PP andaluz, una enmienda para combatir eficazmente este tipo de grupos que quieran ir por libre. Así las cosas, no es de extrañar que asistamos esta semana a la misma secuencia de hechos con Martínez Soriano, quien a poco que se descuide puede acabar en la calle, dejando el camino libre, por tanto, para el aterrizaje del hasta ahora delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, quien aspira a ser el próximo candidato a la alcaldía de la capital granadina.
En cualquier caso, no dejan de ser convulsiones de todo punto inoportunas a las puertas ya de un congreso regional a celebrar precisamente el Granada, en el próximo mes de septiembre, dónde está por ver cómo se situará el PP andaluz ante el debate surgido en el seno de esta formación y planteado entre los llamados patas negras, procedentes de la extinta Alianza Popular, nucleados en torno a Francisco Álvarez Cascos, y los centristas o democristianos de Javier Arenas, el secretario general. Por lo que pueda pasar en el futuro, conviene recordar aquí la procedencia de la presidenta regional, Teófila Martínez, inmersa en esta organización desde los tiempos de Manuel Fraga, y, por tanto, antes incluso de la refundación del partido que inició José María Aznar. En ese mismo bando de la alcaldesa de Cádiz, se posiciona también el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, verdadero mentor político de la jefa de la oposición en Andalucía. Con estas premisas, ni que decir tiene que el panorama se presenta lo suficientemente inquietante como para no perderse detalle alguno de lo que a partir de aquí vaya a suceder en estas filas.
Y, mientras tanto, con el viento soplando a su favor, según la apreciación marinera del presidente de la Junta, Manuel Chaves, los socialistas se aprestan a dar nuevos pasos en torno a la da Segunda Modernización de Andalucía. En el Consejo de Gobierno del martes se espera que el consejero de Agricultura y Pesca, Paulino Plata, presente su informe sobre la modulación de ayudas al sector agrario, una propuesta que pretende equilibrar la riada de ayudas de la Unión Europea y que en su mayor parte benefician a los terratenientes, y, en muchísimo menor grado, a los pequeños y medianos agricultores. En el momento en el que comienza a plantearse una batalla a fondo sobre este tipo de apoyos económicos al campo, cuestionándose por algunos países como Alemania o Reino Unido la Política Agraria Común, resulta imprescindible conocer las distintas propuestas que se manejan, como la que saldrá a la luz aquí, dando cumplimiento de esta forma al compromiso adquirido en su día por Chaves en el Parlamento Andaluz.
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