Pensiones más europeas
Los fondos de pensiones privados son cada vez más importantes en el balance financiero de las familias europeas. El patrimonio gestionado por estas instituciones en Europa aumentó un 57% entre 1996 y 2001, elevándose a 2,7 billones de euros. Las dudas que sobre la sostenibilidad de los esquemas de pensiones públicos (basados en el sistema de reparto) suscita el envejecimiento de la población han contribuido a su desarrollo, que también se ha visto favorecido por incentivos gubernamentales.
En la mayoría de los países coexisten fondos de pensiones individuales y aquellos que son promovidos por las empresas para sus empleados. Éstos, llamados ocupacionales o de empleo, tienen gran tradición en países como Reino Unido o Países Bajos. Al igual que en muchos otros aspectos financieros, la regulación de los sistemas de pensiones en Europa es heterogénea, lo que explica su diferente desarrollo y fragmentación. Mientras que en los Países Bajos, Suiza, Dinamarca o Reino Unido el patrimonio gestionado supera al PIB, en España tan sólo representa alrededor del 7% del mismo.
Las recientes propuestas comunitarias dotarán de mayor eficiencia a la gestión de los fondos de pensiones ocupacionales
La segmentación de este sector genera ineficiencias. Las empresas que operan en más de un país de la UE no pueden agrupar todos estos activos en un único fondo, lo que les obliga a crear y gestionar fondos de pensiones en cada uno de los países europeos en los que se establecen. Por otro lado, cuando un trabajador se traslada a otra compañía de otro país de la UE, los derechos adquiridos en el plan de pensiones ocupacional de su país de origen no son directamente transferibles. Éste es un factor comúnmente citado como inhibidor de una mayor movilidad laboral en Europa.
Afortunadamente, se han comenzado a dar algunos pasos para paliar estos problemas. En relación con el primero, el Ecofin ha llegado a un acuerdo para la aprobación de la Directiva sobre Pensiones Ocupacionales, que, gracias a una cierta armonización de las normas prudenciales, permitirá gestionar sobre una base transfronteriza los fondos de pensiones provenientes de compañías localizadas en más de un país del área. La Comisión estima que esta medida ahorrará a las empresas europeas unos 40 millones de euros anuales. Los avances en el segundo aspecto están siendo más lentos. Por el momento, se va a abrir un periodo de consultas para analizar la posibilidad de eliminar las trabas a la transferencia de las pensiones ocupacionales.
Estas reformas, aunque tímidas, contribuirán sin duda a alcanzar un mayor grado de eficiencia en esta industria y en la economía europea, reafirmando el pronóstico de que los fondos de pensiones son uno de los activos financieros con mejores perspectivas de crecimiento en los próximos años.
Carmen Hernansanz es economista-jefe de Banca, Sistema Financiero y Nueva Economía del Servicio de Estudios de BBVA.
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