'Emparedados' por un edificio de ocho plantas
Cuatro familias viven desde hace dos años con un bloque de pisos a sólo un metro de distancia de sus domicilios
María Teresa Ruiz sale al balcón de su habitación, extiende la mano y toca los pilares del nuevo bloque de viviendas construido junto al suyo, en el número 93 de la calle de Embajadores (Arganzuela). Ella, su familia y otros tres vecinos de su inmueble han tenido que renunciar a la luz de la mañana y a las vistas a la calle desde que, un buen día, se encontraron con que un bloque de ocho plantas estaba siendo construido literalmente pegado a sus ventanas. Una vez que esté terminado, podrán casi abrazar a sus vecinos sin salir de casa.
Cuando, en 1995, María Teresa y su marido compraron su piso en la calle de Ciudad Real, 34 (esquina con Embajadores) por 180.300 euros, a su derecha había un pequeño solar con una casa antigua. Ahora, en esa parcela han construido un bloque de ocho plantas que se les ha 'echado encima'. 'La distancia que hay entre mi habitación y una de las ventanas del nuevo bloque es de 1,20 metros, y eso que todavía no han revestido la fachada. Cuando lo hagan, esa distancia será aún más pequeña', asegura esta vecina. Y eso pese a que el Plan General de Ordenación Urbana establece que la distancia mínima entre dos bloques colindantes ha de ser de 12,6 metros.
'El Ayuntamiento es el responsable, porque fue quien firmó la licencia de obra', señala una vecina afectada
La nueva edificación tiene dos fachadas: una da a la calle de Embajadores, y la otra a la de Ciudad Real. Sin embargo, María Teresa asegura que, en el proyecto que la constructora del edificio presentó en octubre de 2000 al Ayuntamiento para conseguir la licencia de obras, 'no consta el alzado de la fachada de la calle de Ciudad Real'. 'En los papeles no existimos, no somos nada. Pero nadie del Ayuntamiento ha venido aquí a ver la obra. Ése es el problema', explica la afectada.
La mujer, que vive en un primer piso, está sufriendo una situación insólita: según el proyecto de la constructora, que tiene en su poder, la parte del edificio que invade su vivienda no existe. 'La Gerencia Municipal de Urbanismo descubrió que la fachada está unida a nuestras casas cuando mi vecina y yo les llevamos las fotografías de los dos edificios', asegura. 'A raíz de esto, otra de las afectadas, Ana García, y yo hemos tenido muchas reuniones con Luis Armada, gerente de Urbanismo. Le preguntamos cuál es nuestra situación. Pero no hay precedente de un caso como éste. La última solución que nos han ofrecido es retranquear las ventanas que están más cerca de nuestras casas. Pero para nosotros esto no es suficiente', dice.
La mujer habla delante de los documentos que, en su opinión, acreditan el 'desliz' de Urbanismo. 'En las fotografías de las fachadas del edificio que la empresa constructora envió al Ayuntamiento no consta la fachada de la calle de Ciudad Real', subraya. 'Nuestra máxima preocupación es la seguridad, porque cualquiera puede saltar sin ninguna dificultad desde el bloque en obras a nuestras casas. Además, ni siquiera tienen un vigilante de noche para la obra', se lamenta María Teresa.
Fuentes de Urbanismo confirmaron ayer que los vecinos han mantenido diversas reuniones con los responsables municipales y que éstos están intentando mediar entre la constructora y los afectados.
Sin embargo, María Teresa Ruiz insiste en que la responsabilidad debe recaer en el gobierno municipal y no en la constructora, puesto que 'el Consistorio es el que firmó la licencia de obras'.
El problema, según esta vecina, tiene su origen en un error en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997. Y es que, pese a que tanto ella como sus vecinos llevaban viviendo en sus casas desde 1995, en el PGOU de ese año su edificio aparece en construcción. 'Y no sólo es eso, sino que en el plano de alineaciones de fachadas aparecemos como un solar', explica.
Pero la Gerencia de Urbanismo no da importancia a este hecho y asegura que la licencia de obra del nuevo edificio es legal y que en el proyecto de edificación de la constructora figura la fachada de la calle de Ciudad Real.
'Al edificio le han concedido la máxima edificabilidad. El solar tiene 400 metros cuadrados y van a construir 2.700 en ocho plantas. Lo que es increíble es que a nuestro constructor sólo le permitieran hacer cinco plantas y a éste ocho', continúa la denunciante.
La normativa que rige la construcción de los edificios en la calle de Embajadores, que está protegida por estar en el casco histórico, determina que un edificio de nueva construcción no se puede alzar a más altura que los situados en su entorno. Además, 'se da la circunstancia de que el ángulo de separación entre los edificios no supera los 55 grados, cuando lo normal es que sean 90', insiste la afectada. 'Queremos que nos reciba el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, puesto que el Ayuntamiento es el que les ha permitido construir así', concluye María Teresa.
'Un caso especial', según Urbanismo
El gerente municipal de Urbanismo, Luis Armada, aseguró ayer que la licencia de obras del edificio de Embajadores, 93, es totalmente legal. 'El Plan General marca exactamente cómo hay que hacer las construcciones en la capital, y ésta cumple con toda la normativa', afirmó. Sin embargo, Armada reconoció que la situación de los vecinos del número 34 de la calle de Ciudad Real es 'especial'. 'Esta calle es un fondo de saco y el ángulo que se produce en la esquina es de 55 grados. Esta abertura es una circunstancia muy especial', argumentó. El gerente insistió en que en el proyecto que presentó la constructora para obtener la licencia de obras 'sí aparece la fachada ahora afectada, y la distancia entre un edificio y otro es correcta'. En la calle de Embajadores no existe normativa municipal que regule la distancia entre edificios, puesto que es una zona protegida. 'Desde la Gerencia de Urbanismo nos hemos puesto en contacto con los representantes de la constructora y les he pedido una serie de mejoras. Ellos están dispuestos a cambiar la orientación de las ventanas en lugar de abrirlas directamente en el paño de la fachada de la calle de Ciudad Real', agregó Armada. 'Con esta medida, los edificios quedarían a una distancia de 2,80 metros. Incluso la empresa constructora estaría dispuesta a ampliar la distancia a tres metros', aseguró. Este caso es muy similar al de la iglesia de Nuestra Señora de las Fuentes, en Fuencarral, construida a siete metros de un bloque de pisos. El Tribunal Superior ordenó su demolición parcial, aunque ese auto ha sido suspendido tras retirar sus denuncias los vecinos litigantes a cambio de dinero.
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