Crítica inicia la 'Obra' de Josep Fontana en el año de su jubilación
El historiador reedita 'La quiebra de la monarquía absoluta', de 1971
A punto de convertirse en catedrático emérito de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), de Barcelona, Josep Fontana ha despedido el curso asistiendo a dos jornadas de homenaje en las que diversos historiadores han debatido sobre cuestiones suscitadas en La quiebra de la monarquía absoluta 1814-1820, publicado por primera vez en 1971. Precisamente, este libro inaugura la colección Obra de Josep Fontana, que publica la editorial Crítica.
Esta nueva publicación de La quiebra de la monarquía absoluta marca el inicio de un proyecto de Obra Completa, aunque el mismo Fontana (Barcelona, 1931) se muestra un poco reacio. 'Si a lo largo de una vida de investigador consigues aportar dos o tres ideas ya has hecho mucho', afirmó en la presentación del volumen. En todo caso, la de La quiebra es la sexta edición de un libro que marcó un hito en las investigaciones sobre el siglo XIX español. En él, Fontana rastreó las relaciones entre política y economía y las bases financieras de la construcción del Estado moderno, para lo cual estudió la situación tanto en España como en América. Y subrayó el peso de la actitud cerril de los privilegiados del Antiguo Régimen en el colapso de un sistema basado en el clientelismo. Para Jaume Torres, sucesor de Fontana tras su reciente jubilación en la dirección del Instituto Jaume Vicens Vives, de la UPF, 'ésta fue una obra de gran impacto para la gente del gremio'.
Ese estudio de la implantación del Estado moderno en España tuvo sus derivaciones en trabajos posteriores. Ahora, Fontana quiere extenderse más en la investigación del contexto europeo, para lo cual dedicará un nuevo libro a Europa entre los años 1814 y 1848, a los tiempos que van de la Restauración a la esperanza revolucionaria: 'Espero que sea la obra que justifique los años que me quedan'.
En su libro, Fontana negaba que la monarquía absoluta implicara modernidad, una ligazón que todavía subrayan muchos historiadores. Sirviéndose de su conocido axioma de que 'la historia es una genealogía del presente', el autor de La quiebra... afirmó que el gusto del poder por celebrar algunos reinados le 'sirve para justificar lo que le conviene'. 'Franco tenía una idea muy clara de la historia de España, que reducía a cuatro reyes: Carlos V, con alguna discusión, Felipe II, Carlos III y Alfonso XIII. El PSOE conmemoró a Carlos III, y el PP, a Carlos V y Felipe II'. A su juicio, esta actitud conduce a una visión reduccionista de la historia, 'que olvida a los campesinos, comerciantes, mercaderes, la mujer... Es una visión como la que tiene hoy Aznar, que no cuenta con el tejido social'.
En los años que han pasado desde la primera edición de La quiebra, Fontana ha vivido 'la expansión y normalización del sistema universitario' en España, que ha dado 'una historiografía que puede funcionar bastante decorosamente dentro de los niveles universitarios de Francia e Italia'. Excepto en un aspecto, matizó: 'Sigue existiendo una especie de provincianismo que hace que la historia se limite casi exclusivamente a temas relacionados con España'.
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