Científicos rusos inician una marcha de protesta sobre Moscú

Decenas de científicos rusos comenzaron ayer una marcha a Moscú desde Púshchino del Oká, a 119 kilómetros al sur de la capital, en protesta por los bajos salarios y las malas condiciones de vida. Los investigadores tienen como meta la Casa Blanca rusa, sede del Gobierno, donde pasado mañana piensan realizar una gran manifestación. Los casi 150 científicos llevan pancartas en las que exigen la dimisión del Gobierno, el aumento de los sueldos y becas y financiación para la investigación básica.

Púshchino se convirtió en una ciudad de científicos en 1956 y hoy funcionan en ella nueve institutos de la Academia de Ciencias, pero las míseras condiciones de vida de los investigadores han provocado una masiva fuga de cerebros: dos tercios de los científicos de Púshchino han emigrado. Según datos oficiales, unos 800.000 científicos han abandonado Rusia en los últimos diez años. La mayoría de los que siguen en Púshchino viven en residencias donde una familia debe hacinarse en una pequeña habitación. Pero lo que más enfurece a los científicos es que no se financien las investigaciones y que Rusia haya perdido en muchos campos la calidad de líder que tenía en los tiempos soviéticos.

Jaurès Alfiórov, premio Nobel de Física y diputado comunista, señaló que la suma contemplada en el proyecto de presupuesto para el próximo año representa sólo la mitad del presupuesto anual de la Universidad de Cambridge, algo completamente insuficiente para el renacimiento de la ciencia que Rusia necesita. El presidente Vladímir Putin había prometido en marzo, en la reunión de los consejos de Seguridad y de Estado, 1.617,65 millones de euros, pero el Gobierno lo recortó a 1.274,5 millones.

En la marcha se unirán a los científicos sus colegas de Nizhni Nóvgorod, en el Volga, de la siberiana Novosibirsk y de varias ciudades cercanas a Moscú. Dormirán en tiendas de campaña compradas con dinero recaudado en la preparación de la marcha.