El alcalde de Tivissa recuerda el peligro que entraña la C-44

El alcalde de Tivissa, Fermí Pellisé, alertó ayer de nuevo sobre la peligrosidad de la curva conocida como tomb del catalanet, situada en la C-44, que une L'Hospitalet de l'Infant con Móra d'Ebre, en la que el pasado sábado falleció el conductor de un camión cargado con gas licuado que volcó. El vehículo explotó posteriormente e hirió a 14 personas como consecuencia de la onda expansiva.

Los bomberos trabajaban todavía ayer para remojar las 50 hectáreas de bosque y cultivos arrasadas por el fuego forestal causado por la explosión del camión, mientras que dos mossos continuaban en el hospital de Móra d'Ebre reponiéndose de las quemaduras.

Pellisé denunció de nuevo la peligrosidad de la curva, en la que frecuentemente se registran accidentes, y de una carretera donde el tráfico de camiones cargados con mercancías peligrosas es habitual. Aunque el camión cisterna accidentado el pasado sábado se dirigía a Teruel, el alcalde recordó que la carretera es paso obligado de muchos tráilers que se van a la factoría química que Ercros tiene en Flix y recordó la multitud de poblaciones por las que discurre la vía.

Pellisé, tal y como ya había hecho el consejero de Interior, Xavier Pomés, afirmó que 'esto recuerda a Els Alfacs' y apuntó además la dificultad de los medios de emergencia en averiguar cuál es el material exacto que se transportaba en el camión accidentado. El presidente de la asociación ecologista Mediterrània radicada en Tarragona, Angel Juárez, denunció ayer que los camiones que discurren por la C-44 son los mismos que pasan por el interior de la ciudad y muy cercanos a barrios como Icomar o Riuclar. Juárez denunció que el convenio firmado hace unos meses con las administraciones y transportistas para informar a los conductores de las travesías alternativas que podían tomar, alejadas del centro urbano, se encuentra paralizado por falta de señalizaciones adecuadas.

Gran deflagración

En el suceso del sábado, sucedido a la una menos cuarto de la tarde, falleció el conductor de la cuba, José Miguel N. P., de 42 años y vecino de Alcañiz, y otras 14 personas tuvieron que ser atendidas por heridas de diversa consideración, la mayoría de ellas quemaduras causadas por la onda expansiva y las altas temperaturas generadas por la explosión. La deflagración fue de tal envergadura que partió el camión en varios trozos, y una parte de la cisterna que salió volando destrozó el techo de una casa situada a más de 100 metros de distancia del lugar del accidente.

Además de la atención a los conductores que tuvieron que detener sus vehículos por el accidente, los bomberos se vieron obligados a dividir sus fuerzas para extinguir el incendio forestal causado por la explosión y un segundo, derivado del primero, que se inició a unos kilómetros, en el término municipal de Vandellòs, al resultar afectada una línea de alta tensión. El fuego, que afectó a 45 hectáreas, pudo ser controlado alrededor de las siete de la tarde. Durante parte de la mañana dos medios aéreos y una veintena de vehículos terrestres estuvieron trabajando para remojar la zona afectada. Por la tarde los efectivos se redujeron a un medio aéreo y a 16 vehículos de tierra.

Si la actuación de los Mossos, ayudados por algunos conductores, resultó providencial para apartar a los curiosos del camión incendiado, el hecho de que no se levantara viento, frecuente en la zona, fue determinante para controlar un incendio que, por lo escarpado de la zona y la cantidad de vegetación existente, podía haber adquirido dimensiones catastróficas.