Cumbre de Sevilla: No pasó nada...

La apocalíptica visión de 'todos los contenedores de basura del recorrido de la manifestación antiglobalización ardiendo' ha demostrado no ser sino un mal sueño, producto de la particular paranoia del señor Torres Hurtado. Como el vallado inmisericorde de la ciudad, el improvisado traslado de los juzgados a una comisaría de policía (¿?) para hacer frente a una supuesta 'avalancha' de detenciones, o las reticencias del Gobierno Civil a permitir el transcurso de la marcha por un itinerario céntrico. Pocas veces los responsables del orden público han generado más desorden ciudadano y han crispado más el ambiente que en las fechas previas a la protesta contra esta globalización que, el sábado, transcurrió de modo pacífico y festivo por las calles de Sevilla.

En pocas ocasiones su alarmismo ha resultado más injustificado. Pero no esperen ustedes una disculpa por parte de los que han puesto patas arriba la ciudad durante un mes en persecución de un fantasma que sólo estaba en sus cabezas. Como todo paranoico, ellos piensan que, gracias a ellos y sus paranoias, aquí no pasó nada...

Bueno, pasaron 100.000 personas en demanda de otra globalización y otro mundo más humano, pero eso no tiene importancia.