Francia bloquea la propuesta española para acabar con el derecho de veto en los debates de las cumbres

Le necesidad de cambiar la mentalidad en los debates de los Consejos de Ministros de la UE sigue ofreciendo resistencias entre algunos países miembros, principalmente de Francia. El presidente francés, Jacques Chirac, respaldó ayer en Sevilla la propuesta española de aprobar un código de conducta para el mejor funcionamiento de las Consejos, pero se opuso a que se introduzca inmediatamente la práctica de la mayoría cualificada cuando se constate que hay divergencias por temor a quedarse en minoría.

'En general hemos palpado que existe un acuerdo básico sobre la propuesta española', declaró anoche el ministro español de Exteriores, Josep Piqué, al término de la primera jornada de la Cumbre de Sevilla. El representante español confesó, no obstante, que existen 'dudas' por parte de algunos sobre si es oportuno o no acabar con la unanimidad en los debates y 'opiniones diferenciadas' sobre la conveniencia de escindir en dos el actual Consejo de Asuntos Generales, uno dedicado a marcar la agenda de las Cumbres y otro destinado a los temas de relaciones exteriores, defensa, comercio, desarrollo y ayuda humanitaria. Sobre esta última cuestión las reservas mayores proceden de los más pequeños.

El paquete de reformas presentado por España no exige ninguna revisión de los tratados. Podrán entrar en funcionamiento inmediatamente. Entre otras se incluye la de reducir el número de los actuales Consejos de Ministros sectoriales de 16 a una decena, recortar la duración de las cumbres europeas a una sola jornada, la posibilidad de que las sesiones de los consejos dedicadas a cuestiones legislativas, como el debate de proyectos lanzados por la Comisión, sean abiertas al público, limitar el tiempo de las intervenciones en la cumbres y el número de representantes por parte de cada delegación (de los tres actuales a dos), la redacción de conclusiones cortas y concisas, lo que significará un cambio de actitud radical, así como una programación mucho más racional de las actividades del Consejo a través de la elaboración de programas anuales hechos por dos presidencias. Hasta ahora, cada presidencia fija sus prioridades en su semestre.

La propuesta es una idea conjunta de la presidencia española y del Alto Representante de la Unión, Javier Solana. El documento recoge también una serie de ideas de más difícil solución, y que exigen la revisión de los tratados de la UE, sobre la necesidad de sustituir el actual sistema de presidencias semestrales por presidenciales colectivas de cinco o seis Estados durante dos años y medio o tres. Igualmente, la designación de un presidente del Consejo Europeo, que sería elegido por los gobiernos para un largo periodo y cuyo cargo recaería en manos de un antiguo primer ministro. Esta idea ha sido avanzada por Francia y el Reino Unido y es apoyada por España, pero levanta suspicacias entre los países más pequeños.

Los líderes europeos tendrán oportunidad de escuchar hoy a Valèry Giscard d'Estaing, quien les presentará el primer informe sobre las tareas de la Convención para la reforma de las instituciones europeas.