'Europa tiene que mantener su tradición de tierra de acogida'

Peter Hain, ministro británico para Europa y hombre fuerte de Blair en los asuntos comunitarios, intenta presentar una imagen más centrada que la que se atribuye a su Gobierno en el problema de la inmigración. Hain se aferra a la zanahoria para tapar el palo: 'Europa tiene que seguir siendo tierra de acogida', dice enseguida, aunque no tarda en aparecer el inquietante 'pero', disfrazado en forma de lucha contra los traficantes de seres humanos, una manera de justificar la dureza predicada por Londres en la lucha contra la inmigración ilegal.

'Hay que rendir cuentas a los ciudadanos en asilo, decirles que la UE funciona, que luchamos contra la inmigración ilegal'. 'Europa tiene que mantener su tradición de tierra de acogida y asilo para los perseguidos; eso tiene que continuar', explica. 'También tiene que seguir acogiendo a quienes quieran trabajar para cubrir las necesidades de nuestro mercado. Pero tenemos que acabar con los traficantes de personas, con quienes traen hasta aquí a los inmigrantes de manera ilegal'. 'El Reino Unido no quiere penalizar a estos países', afirma. 'No estamos hablando de imponer sanciones, sino de promover la cooperación con los países de los que procede la emigración ilegal. Queremos promover la cooperación al desarrollo, intensificar el comercio. Ellos tienen que colaborar aceptando el retorno de sus nacionales'.

'No hablamos de imponer sanciones, sino de promover la cooperación'

Hain asegura que la dureza que su Gobierno emplea a la hora de estudiar las peticiones de asilo no impide la acogida de quienes necesitan refugio político. 'No estamos hablando de países como Somalia, donde sabemos que hay problemas políticos; estamos hablando de países de Europa del Este y del norte de África. Seguiremos acogiendo a quienes necesiten asilo, pero el 90% de las peticiones de asilo son denegadas porque se trata de gente que lo que busca es trabajo, no asilo político'.

A pesar de que los problemas de inmigración tienen matices muy distintos en cada país, Hain cree que hay soluciones comunes: 'La clave está en reaccionar contra la inmigración ilegal'. Y defiende que 'Europa tiene que ser multicultural, diversa, multiétnica'.

La reforma de la UE, y más en concreto del Consejo de Ministros, también inquieta a los británicos. 'Tenemos que tener un Consejo efectivo, en el que reuniones como la de Sevilla sirvan para marcar la dirección que tiene que llevar Europa, bajo el control de los jefes de Estado o de Gobierno y los ministros. El Consejo tiene que estar dirigido con visibilidad, no tiene que moverse entre las tinieblas de unos cuantos burócratas en Bruselas', afirma. 'Queremos una Comisión fuerte, pero más eficiente. La cara de Europa debe ser el Consejo. Las presidencias a veces funcionan y a veces no. La presidencia española ha trabajado muy bien, pero no todas están al mismo nivel. Hay que acabar con el cambio de presidencia cada seis meses y hacer un equipo que trabaje para un presidente del Consejo', añade.