El estilo monumental y proletario de Léger se exhibe en la Costa Brava

'Es como Proust, pero al revés'. Así define la catedrática de Historia de Arte Contemporáneo Inmaculada Julián el estilo rudo y proletario del que se valió el artista francés Fernand Léger (1882-1955). La comparación con la exquisita civilidad de Proust no es anodina, puesto que ambos, en sus distintas disciplinas, exploraron con enorme viveza la vida cotidiana moderna. La exposición que hoy se inaugura en los jardines de Cap Roig de Calella de Palafrugell (Girona) reúne 20 piezas excepcionales entre murales, esculturas de gran formato, cerámicas, mosaicos y tapices.

La exposición constituye un acontecimiento irrepetible y de enorme complejidad técnica, puesto que las obras -algunas de ellas de unas cuatro toneladas de peso- proceden de Estados Unidos, Canadá, Japón y diversos países europeos. La exposición, producida por la Fundación Caixa de Girona, permanecerá abierta hasta el 8 de septiembre próximo. Faltarán entonces todavía dos meses hasta que abra en la Fundación Miró de Barcelona otra exposición, totalmente independiente, que abarca toda la trayectoria pictórica del artista francés. Las dos exposiciones no están relacionadas entre sí.

La obra de Fernand Léger intenta romper con el elitismo con que se asocia a la creación artística y destaca por su capacidad de conmover con una gran economía de medios. El artista defendía un arte del pueblo y pretendía crear una ciudad de la escultura, donde las creaciones artísticas tuvieran un papel predominante que pudiera escapar del marco acotado de un cuadro, de ahí su íntima colaboración con arquitectos como el suizo Le Corbusier. Léger, moviéndose en el territorio fronterizo entre la pintura y la escultura, fue un artista siempre dispuesto a trabajar con los artesanos, que en muchos casos completaron sus murales cerámicos, vitrales y tapices.

Espacios públicos

Algunas de las obras que se exhiben en los Jardines de Cap Roig de Calella de Palafrugell fueron originalmente creadas para ocupar espacios públicos. El bronce esmaltado La gran fleur qu'il marche (1952), una de las piezas más espectaculares que se exponen, mide unos seis metros de altura y tiene réplicas en Park Avenue (Nueva York) y en la plaza de la Concordia (París). En ella se condensa la concepción de la escultura como forma-movimiento.

Destaca también Femmes au Perroquet (1952), un mural de cuatro metros por cuatro procedente de Canadá, y la cerámica monumental Le tournesol (1952), pieza de la que el artista realizó un total de ocho ejemplares, uno de los cuales se exhibe de forma permanente en el Centro George Pompidou de París. Las obras de la exposición de Cap Roig, concentradas en la plaza y los accesos del castillo, permiten un recorrido por los temas predilectos de Léger: el mundo del circo, la construcción de edificios o las naturalezas muertas. Las obras de menor tamaño, como los tapices, bronces y cerámicas, se exhiben en los soportales del claustro del castillo.

La dedicación del artista a los temas de carácter popular es consecuencia de la solidaridad con la clase obrera por parte de un autor que se declaraba comunista convencido. Las composiciones de Fernand Léger se basan en un preciso dibujo geométrico y su uso del color busca el contraste entre tonos de gran viveza dispuestos de manera plana.

El comisario de la exposición, el galerista Antoni Niebla, explica que es la primera vez que en España se realiza una muestra de este tipo y que difícilmente podrán contemplarse juntas de nuevo las obras que se exhiben en los jardines de Cap Roig de Calella de Palafrugell. Las piezas abarcan un periodo comprendido entre 1924 y 1952 y, según Niebla, destacan por su 'alegría del color y simpatía de las formas'.

La monumentalidad de algunos tapices de Léger ha sorprendido a los propios promotores. Su tamaño ha impedido que pudiera encontrarse un muro lo suficientemente amplio para acogerlos en el interior del castillo y se ha debido renunciar a su exhibición.