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Tribuna:TRIBUNA
Tribuna
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ADSL, cable y banda ancha

EN MI LABOR DE PROFESOR virtual, consecuencia de ser el responsable de una asignatura que se imparte a través de Internet a alumnos del grupo de universidades G-7, he detectado carencias graves en la velocidad de acceso a Internet que impiden a los alumnos cursar con comodidad los contenidos multimedia y la ejecución remota de herramientas de simulación que incorpora la asignatura denominada Redes de Telecomunicación por fibra óptica. Fruto de esta situación, y como especialista en el ámbito más físico de las redes de telecomunicación, surge esta reflexión acerca del estado de las tecnologías en las llamadas redes de acceso.

La situación actual de las redes de telecomunicación en España presenta una gran asimetría. Por un lado se dispone de un núcleo de alta capacidad que cuenta con un alto grado de desarrollo de infraestructuras implementadas mediante sistemas de comunicación por fibra óptica. Cuanto más nos separamos de este núcleo y nos desplazamos hacia la periferia, denominada red de acceso, que es la que está en contacto con los usuarios, las dificultades comienzan a aparecer. Estas dificultades, en mi opinión, son especialmente preocupantes porque pueden llevar a España a perder el tren de alta velocidad en Internet por la política de permisos del Gobierno y los anuncios que se realizan de una falsa banda ancha.

Lo más importante de las redes de cable es que se puede fácilmente aumentar la velocidad a medida que surge la demanda.

Disponemos de una red de transporte de altas prestaciones y fácilmente escalable en capacidad, y una red de acceso que, dicho en castellano claro, da pena. Las nuevas operadoras de telecomunicación están realizando un gran esfuerzo con el fin de crear una infraestructura alternativa a la red de acceso telefónico. Estas compañías han llevado, en un tiempo récord, la fibra óptica hasta cada uno de nuestros barrios y el cable coaxial hasta la entrada de nuestras casas, aunque su comercialización está retrasada en algunas zonas. Telefónica, pese a tener la obligación de crear una nueva red de acceso similar a la que están desplegando las operadoras de cable, no ha apostado por crearla para competir con ellas de igual a igual, con el beneplácito del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que la ha liberado de esa obligación a cambio de que despliegue la tecnología ADSL.

Dicho de otra forma, el Gobierno ha permitido a Telefónica que explotara de nuevo su ya amortizada y pagada por todos red de acceso telefónico, consiguiendo, de paso, asfixiar a los nuevos competidores porque, de esta forma, amenazan la viabilidad de sus proyectos.

En este escenario, el desarrollo de nuevas infraestructuras de redes de acceso de banda ancha se encuentra en una fase crítica. Por un lado, están las tecnologías de abonado digital, como es ADSL, que se caracterizan por emplear la red de acceso de pares del servicio telefónico, que hacen uso del ancho de banda disponible por encima de los 4 KHz utilizados para la transmisión convencional del canal telefónico.

La velocidad que se puede alcanzar con la conexión ADSL depende en gran medida de la longitud y el estado de conservación del enlace entre el usuario y la central local. En la oferta básica de ADSL, el usuario puede contratar una velocidad máxima de 256 Kbps en el sentido red-usuario y de 128 Kbps en el sentido usuario-red. Esta velocidad no puede denominarse como banda ancha.

Los operadores de cable despliegan una red híbrida de cable de fibra óptica y cable coaxial (redes HFC -Hibrid Fiber-Coax). Estas redes unen la cabecera de la red con una serie de nodos a través de enlaces de fibra óptica. Y, por medio del cable coaxial, facilitan el servicio a un máximo de entre 250 y 300 usuarios. A mi juicio, este tipo de red sí puede denominarse de banda ancha en el sentido red-usuario porque permite la difusión de una gran oferta de canales de televisión y un acceso de alta velocidad a Internet que, en la actualidad, puede llegar a velocidades garantizadas de hasta 155 Mbps. Pero, lo más importante es que se trata de redes donde fácilmente se puede aumentar la velocidad a medida que surge la demanda. No ocurre así con la solución que ofrece ADSL porque tiene limitada la velocidad de acceso más allá de los 800 Kbps en el sentido usuario-red y 8 Mbps en el sentido red-usuario. Por otra parte, recientemente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha autorizado la oferta de servicios de televisión a través de ADSL. Una nueva amenaza para las operadoras de cable que cada vez tienen más problemas a la hora de conseguir clientes.

David Benito es doctor Ingeniero de Telecomunicación y profesor de la Universidad Pública de Navarra

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