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Mundial 2002 | Corea del Sur, rival de España en los cuartos de final
Columna
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'Hiddink, for president'

Las pancartas del estadio de Daejeon eran pura hipérbole. Estaba aquella gigantesca que decía, así, en italiano: 'Porta dell'inferno'. Y otra, también enorme: 'Fossa dei giganti'. O, al lado, en inglés: 'Welcome to Azzurri's Tomb' ('Puerta del infierno', 'Fosa de los gigantes', 'Bienvenidos a la tumba de los azzurri') Pero quizá la más exagerada era aquélla que decía: 'Hiddink for president'. ¿O no era tan exagerada?

Después de la clasificación de Corea del Sur para los octavos, el holandés trotamundos que había enseñado a sus futbolistas a correr con sentido era ya un héroe popular. Por Internet corren peticiones, avaladas por miles de apoyos, para que se le conceda la nacionalidad surcoreana, sin preguntarle si la quiere, o, en su defecto, la ciudadanía de honor. Otra demanda al Gobierno la instauración del Día de Hiddink, una fiesta nacional que se celebraría el 14 de junio, fecha de la victoria sobre Portugal.

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Finalmente, Hiddink, el técnico que deslumbró con su interpretación del fútbol total al frente del PSV Eindhoven a finales de los 80, y que no fue capaz de alcanzar el mismo nivel en su paso español por el Valencia, el Betis y el Real Madrid, ha encontrado en la selección surcoreana, un desafío que al principio sólo tenía sentido económico, su plenitud popular.

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