Recortes generales
El pasado 24 de mayo el Gobierno central aprobó vía decreto la reforma de las prestaciones por desempleo. Para recortar derechos tan fundamentales han sido capaces de utilizar como argumento el que los parados y paradas no quieren trabajar y desean, según dicen, vivir del cuento. Recientemente salían a relucir una serie de datos que vienen a contradecir esta aseveración: cuatro de 10 personas en paro no perciben ningún tipo de subsidio y de los que reciben algún ingreso, el 52% sólo cobra 330 euros (55.000 pesetas), las llamadas complementarias. Mucho me temo que las personas desempleadas todavía no tienen el don de la multiplicación de los panes y los peces. Por lo que muy difícil lo tendrán para poder llegar a fin de mes con semejantes ingresos.
Como muestra valga un botón. En la actualidad dispongo de un empleo a media jornada en una gran superficie comercial y gano 270 euros (45.000 pesetas). Mi marido trabaja repartiendo propaganda en los buzones y saca 481 euros (80.000 pesetas) mensuales. Con esto debemos comer los dos y nuestro hijo, a la vez debemos pagar un crédito hipotecario de 421 euros (70.000 pesetas). ¿Puede una familia vivir con 330 euros (55.000 pesetas)?
Quiero también llamar la atención sobre la actitud del llamado principal partido de la oposición. Hace llamamientos a la huelga general contra el recorte del desempleo y sin embargo en el Ayuntamiento de Barakaldo, donde gobierna desde hace años, asistimos, un día sí y otro también al recorte de las prestaciones sociales que a él le competen, las ayudas sociales. Tanto mi padre como yo nos hemos animado este año a solicitar una cita con los Servicios Sociales para ver si nos pueden ayudar en algo. Pero a mi padre le han dado cita para finales de septiembre y a mí para principios de octubre. Se creerán que las facturas del agua, la luz, la comunidad o la hipoteca, no hay que pagarlas religiosamente todos lo meses. Para más inri, nos hemos enterado de que en este mes de junio está previsto que se agoten las ayudas sociales, debido a la 'avalancha' de familias con trabajos en precario o pensiones de miseria que nos hemos acercado al Ayuntamiento a solicitar alguna ayuda social para nuestras necesidades más básicas.
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